La izquierda chilena desde siempre se ha valido de las peores artimañas posibles para lograr sus objetivos. Pero en verdad durante los últimos meses ha sobrepasado cualquier límite imaginable. Es triste percatarse de ello, pero ver que incluso son capaces de recurrir al terrorismo incendiario para tratar de sacar al presidente Sebastián Piñera de La Moneda es un hecho que los retrata a cuerpo entero.
La izquierda miserable y terrorista. |
El 18 de octubre del 2019 fue una fecha que literalmente marcó a fuego a los chilenos. Si antes de ese día la política en nuestro país ya era polarizada, desde ese entonces pasó a ser muchísimo más polarizada aún. A partir de ese entonces hemos podido ver a la oposición en bloque (Nueva Mayoría y Frente Amplio) defendiendo con plena convicción a los terroristas y psicópatas pirómanos de ultraizquierda que quemaron y destruyeron el país en medio de su intentona golpista.
Si ya el hecho de defender a terroristas que utilizan la fuerza bruta para imponer su ideología es algo que es brutal, tanto o más miserable es lo que hemos presenciado desde mediados de marzo: la izquierda en pleno está tratando de obtener réditos políticos en plena pandemia mundial, atacando al gobierno por lo que hace y por lo que no hace. Si el gobierno no llama a cuarentena, critican. Pero si el gobierno llama a cuarentena, también critican. Si el gobierno entrega alimentos a la gente afectada por la cuarentena, critican. Si el gobierno no entrega esos alimentos, también critican. Si el ministro Jaime Mañalich toma cierta medida, critican. Pero si no toma dicha medida, también critican. Eso tiene un solo nombre: ser unos verdaderos canallas.
Desde el 18 de octubre hemos visto la monstruosa hipocresía de la oposición en toda su magnitud. Durante la Revolución Terrorista de ultraizquierda nada dijeron cuando los encapuchados y trogloditas violentistas dejaron cesantes a miles de chilenos y llevaron a la quiebra a cientos de pymes. Sin embargo, ahora dicen estar preocupados por la situación económica y laboral del país a causa de la cuarentena utilizada ante la pandemia por coronavirus. Fariseísmo en su estado puro.
Durante el Estallido Antisocial, pudimos apreciar como la izquierda chilena defendía a los terroristas y orcos sólo por afinidad ideológica. Pero pobre del carabinero que tratara de reprimir a los psicópatas pirómanos que ellos tanto admiran, que ahí las críticas eran inmediatas y despiadadas. Ese discurso repugnante de dicho sector político es el que nos hace poner una voz de alerta: lamentablemente, durante los últimos ocho meses hemos visto no sólo la peor cara de la Nueva Mayoría y del Frente Amplio, sino que también la verdadera cara de la peor oposición del mundo.
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