Congreso: El problema de fondo no es la reelección

La traba en nuestra democracia representativa son las nulas exigencias que se ponen para poder postular a un cargo de elección popular.

Uno de los temas más candentes de las últimas semanas en la arena política es el que gira en torno a la reelección de los diputados y senadores. De hecho este miércoles los parlamentarios sesionaron vía web para discutir al respecto.

Congreso Nacional de Chile.

Desde mi perspectiva personal, me da lo mismo si un parlamentario es reelegido tres o cuatro veces mientras haga bien su trabajo. Creo que el discurso que se pretende dar impidiendo la reelección es errado, ya que con ello no se apunta al problema medular de la política parlamentaria: las casi nulas exigencias que se le piden a alguna persona que desee postular a uno de estos cargos de representación popular.

Es más, creo que impedir la reelección (que de seguro esa será la decisión que se tome al final) de hecho hará bajar aún más el nivel de la política. Con una legislación así lo único que van a conseguir va a ser que entre más gente inexperta a formar parte del Congreso: llegarán literalmente a hacer su práctica profesional en el hemiciclo. Será una forma lamentable de castigar la experiencia en el quehacer parlamentario y reemplazarla por debutantes, que al fin y al cabo serán verdaderas apuestas al aire.

Lamentablemente creo que de un tiempo a esta parte se está sobrevalorando en demasía la juventud en política, como si todo político por el hecho de ser joven y "caras nuevas" fuese mejor que el político antiguo y veterano. Ese tipo de parámetros bien pueden ser aplicables para deportes como el fútbol, pero no tienen por qué ser siempre positivos en el Congreso.

Lo que hay que hacer necesariamente es aumentar las exigencias para quienes quieran postularse a diputados o a senadores. No puede ser que el electorado termine eligiendo a representantes populares sin un título profesional, los cuales a veces son futbolistas, cantantes o personajes de la farándula que ni siquiera entienden lo que leen. Ni tampoco puede ser que se permita que hayan candidatos sin la más mínima experiencia laboral, los cuales sólo obedecen a ideologías, pero muchas veces no comprenden como funciona el mundo real porque nunca han creado una pyme, jamás han generado puestos laborales ni tampoco han tenido un jefe que los controle.

Tener parlamentarios que llegan al Congreso por ser "rostros conocidos" y congresistas que son electos pensando que todavía viven de la mesada de los papás es el verdadero problema de fondo que está destruyendo los cimientos de nuestra democracia representativa. Y eso no se soluciona con el nivel de debate que actualmente se está dando en nuestro Parlamento.