domingo, 10 de agosto de 2025

Chile: El triste caso del país que ama el fútbol, pero odia construir estadios

  • La permisología para construir estadios en Chile es una de las peores del mundo.
  • En nuestro país, levantar un estadio no es solo un desafío financiero; es un verdadero martirio burocrático.


Universidad de Chile.
En plena campaña presidencial, los discursos se repiten como un libreto gastado: seguridad, pensiones, crecimiento económico. Todo legítimo, todo sumamente importante. Pero hay un silencio que llama la atención: nadie habla de infraestructura deportiva. Nadie. Como si los estadios, canchas y centros de entrenamiento fueran un lujo exótico y no una necesidad para un país que respira fútbol.

La nefasta permisología para construir estadios en Chile

En Chile, levantar un estadio no es sólo un desafío financiero; es un verdadero martirio burocrático. El interesado debe enfrentar una permisología interminable, con trámites y requisitos que parecen diseñados para espantar cualquier inversión privada. No se trata de pedirle al Estado que construya recintos —aunque no estaría de más que lo hiciera—, sino de algo mucho más básico: que deje de ser un estorbo y un obstáculo para quienes sí quieren hacerlo.

El resultado es el mismo de siempre: estadios envejecidos, proyectos que mueren en carpetas polvorientas, miles de hinchas con el sueño del estadio propio truncado una y otra vez, y además generaciones completas de jóvenes deportivas entrenando en instalaciones que podrían pertenecer a los años setenta. Mientras tanto, los políticos, que tanto apelan al “orgullo nacional” cuando la selección gana, guardan un silencio cómplice cuando se trata de resolver este problema estructural del deporte chileno. 

Universidad de Chile: un club pisoteado por los políticos

Y aquí aparece el caso más triste y lamentable de todos: Universidad de Chile. Un club centenario, con millones de hinchas y el deseo legítimo de tener un estadio propio, ha visto frustrado ese sueño una y otra vez. No por falta de recursos o de voluntad, sino por la nefasta permisología que convierte cada proyecto en una odisea. El anhelo azul sigue postergado, no por imposibilidad técnica, sino por la falta de visión y voluntad política. Y eso, más que una deuda con un club, es una deuda con el deporte chileno, y con los miles de hinchas que amamos el fútbol en nuestro país.

Lucas Assadi lidera la remontada y la U golea a Unión Española para seguir en la pelea por el título

Universidad de Chile venció por 4-1 a los hispanos, en un encuentro disputado en el Estadio Nacional.


Assadi y Contreras.
La Universidad de Chile vivió una tarde de intensidad y buen fútbol en el Estadio Nacional, donde se impuso por 4-1 a Unión Española en la fecha 19 del Campeonato de Primera División 2025. El resultado, además de devolverles la sonrisa tras partidos irregulares, los mantiene firmes en la lucha por el liderato, a sólo tres puntos de Coquimbo Unido.

Remó desde atrás para quedarse con la victoria

El encuentro no comenzó bien para los dirigidos por Gustavo Álvarez. A los 13 minutos, Pablo Aránguiz silenció al público azul con un penal certero que adelantó a la visita. La U reaccionó con paciencia y fútbol, y encontró el empate a los 28’, cuando el experimentado Charles Aránguiz bajó un balón en el área y asistió a Javier Altamirano, quien definió con clase para el 1-1.

En el complemento, el protagonismo absoluto fue del talentoso Lucas Assadi. El volante ofensivo azul, incisivo y determinante, comandó un contragolpe letal para habilitar a Lucas Di Yorio, que marcó el 2-1. Minutos más tarde, el propio Assadi aprovechó un error defensivo rival para ampliar la cuenta con un remate preciso (3-1).

Ya en el cierre, el delantero argentino Rodrigo “Tucu” Contreras sentenció la goleada con un potente disparo que dejó sin opciones al portero Martín Parra, desatando la celebración total en Ñuñoa.

El chuncho va a la caza del puntero

Con este triunfo, Universidad de Chile suma 38 puntos, tres menos que Coquimbo Unido, que este domingo enfrenta a Cobresal. La presión está sobre los piratas, mientras los azules, de la mano de un inspirado Lucas Assadi, confirman que siguen muy vivos en la carrera por el título.

lunes, 4 de agosto de 2025

Otra pesadilla contra Cobresal 😔💔 ¡Así no, Universidad de Chile! 🟦🦉

Universidad de Chile cayó por 1-0 ante el elenco nortino, en un duelo disputado en el Estadio Nacional.

Lucas Assadi.
Una vez más, Cobresal nos arruinó la fiesta. En una noche donde todo parecía alineado para seguir peleando el campeonato, Universidad de Chile volvió a tropezar con su sombra: los mineros de El Salvador, un equipo que en los últimos años se ha transformado en la "bestia negra" del chuncho.

Las caras largas de los hinchas azules eran el triste telón de fondo para un 0-1 doloroso en el Estadio Nacional que no solo nos deja con la rabia atragantada, sino también alejados a seis puntos del puntero: el sorprendente y sólido Coquimbo Unido 😩🏆.

Se perdió una oportunidad dorada

Era una oportunidad de oro para descontar puntos en la tabla de posiciones… y la dejamos pasar. Sin Charles Aránguiz en cancha —y cómo se notó su ausencia—, el equipo de Gustavo Álvarez salió con ganas, con la pelota, con la intención... pero sin claridad. Y Cobresal, ese rival que en los últimos torneos nos tiene tomada la medida, volvió a aprovechar su chance: centro del panameño Yanis y cabezazo mortal del uruguayo Coelho 🥴⚰️. Gol a los 27 minutos y otra vez cuesta arriba.

💙⚽ La U lo intentó, presionó, tuvo el balón y llegó con peligro. Pero entre la falta de puntería de los nuestros y las manos salvadoras del buen arquero ecuatoriano Jorge Pinos 🧤🧱, el empate nunca llegó. Para colmo, aunque se jugó buena parte del segundo tiempo con uno más, tras la expulsión (VAR mediante) de Cristián Moreno por una dura falta sobre Hormazábal... igual no pudimos anotar el tanto del empate 🤯🔵.

Pero lo peor fue el final. Penal a favor de la U en la última jugada del partido 😱💥. La ilusión volvió por un segundo. Leandro Fernández tomó la pelota... y la mandó afuera. No lo podíamos creer. El Nacional enmudeció, y la frustración se transformó en bronca. Otra vez con las manos vacías ante este rival maldito, que nos ha derrotado en casi todos los últimos duelos que hemos tenido. Otra vez resignando puntos vitales en casa 🏟️😤.

La U se aleja del puntero, a 12 fechas del final 

Ahora estamos segundos con 35 puntos, pero Coquimbo se nos escapó a seis. Quedan 12 fechas y nada está perdido, pero resultados como el de hoy duelen. No sólo por el marcador, sino porque parece que tropezamos con la misma piedra una y otra vez 🪨😭.

Vamos la U carajo 💪🦉. A levantar cabeza. ¡Esto no se ha terminado! Entre todos podemos darlo vuelta.


 💙🔥 #VamosLaU #LaUEsChile #ArribaChunchos

domingo, 3 de agosto de 2025

🧭 Por una derecha que piense: ni blandos ni fanáticos

Ya no basta con elegir entre la centroderecha entreguista y la ultraderecha delirante. Chile necesita una tercera vía dentro de la derecha: firme en sus convicciones, pero sin caer en la caricatura ni la cobardía.


Chile.
Por años he sido parte de la derecha chilena, con convicción, con argumentos, con ideales claros. Pero también con creciente incomodidad. Porque creo que lo que se nos presenta como opciones dentro del sector ya no representa ni la realidad del país ni el espíritu original de la derecha liberal y republicana que muchos defendemos.

No me representa la centroderecha blandengue, esa que teme al conflicto de las ideas, que cede ante la ultraizquierda siempre “por el bien del diálogo”, aunque ese diálogo termine siendo un monólogo de los socialistas y comunistas. Esa centroderecha acomplejada, más preocupada de aparecer en los programas televisivos que de defender principios, me molesta y me irrita demasiado.

Pero tampoco me representa la ultraderecha ruidosa, paranoica, la que ve conspiraciones en cada rincón y cuya única receta es la rabia. Esa que transforma el legítimo amor por la patria en una trinchera de odio al inmigrante, al disidente, al distinto. A estos personajes hay que decirles una y otra vez que ser patriotas no es lo mismo que ser xenófobos... aunque nunca son capaces de asimilarlo.

Yo soy de derecha, pero de derecha a secas

En lo personal, me identifico con una derecha tradicional, pero derecha a secas: ni ultraderecha ni tampoco centroderecha. 

  • Soy de esa derecha que cree en la libertad, pero sin entregarse al caos.
  • Soy de esa derecha que cree en el orden, pero sin autoritarismo.
  • Soy de esa derecha que cree en la soberanía, pero sin cerrarse al mundo.
  • Soy de esa derecha que cree en la tradición, pero sin fosilizarse.
  • Soy de esa derecha que cree en el patriotismo, pero sin menospreciar al inmigrante. 
Necesitamos con urgencia "una tercera vía"

Creo que es hora de levantar una tercera vía dentro del sector. Una derecha con coraje moral, pero también con cabeza fría 🧊. Que no se asuste de decir que la delincuencia se combate con fuerza, pero tampoco tenga miedo de admitir que el país necesita más oportunidades para surgir.

Necesitamos con urgencia una derecha moderna, ilustrada, libre de complejos, pero también de delirios.

Porque si no construimos esa alternativa, seguiremos atrapados entre los que entregan todo sin luchar y los que quieren arrasar con todo sin pensar. Y Chile necesita otra cosa. Nos necesita a nosotros. 💪🇨🇱


#TerceraVía #DerechaPensante #ChileLibre

El Mako Shark II: El rugido visionario que dio forma al Corvette C3

Este bólido de Chevrolet es considerado como uno de los diseños más impactantes dentro del mundo tuerca en todo el siglo XX.


Mako Shark II (abajo),
En la agitada escena automotriz de mediados de los años 60, cuando la competencia por la innovación y el diseño alcanzaba nuevas alturas, Chevrolet presentó una "criatura" que parecía salida de las profundidades del océano y de la mente de un visionario: el Corvette Mako Shark II. Fue más que un concept car. Fue una declaración de principios, un anticipo audaz del futuro del automóvil deportivo estadounidense.

Presentado en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1965, este prototipo se erigió como el puente entre el estilo futurista y la potencia bruta, adelantando lo que sería, apenas tres años después, la tercera generación del Corvette: el inolvidable C3.

Inspiración marina y líneas de avanzada

El Mako Shark II tomó su nombre —y su espíritu— del escualo más veloz del océano. Su diseño con aspecto de tiburón se inspiró tanto en el Mako Shark original de 1961 como en el Stingray XP87 de 1959, dos conceptuales que ya habían hecho girar cabezas en años anteriores. Sin embargo, el Shark II fue más allá. Su carrocería, con un largo morro puntiagudo, curvas musculosas y una agresiva caída tipo fastback, anticipaba una estética más audaz y aerodinámica, algo nunca antes visto en el mundo automotriz.

El diseño no era solo provocativo; era también funcional. Contaba con faros retráctiles, un techo escamoteable y un alerón trasero móvil, elementos que no sólo desafiaban la técnica de la época, sino que introducían una noción de dinamismo hasta entonces reservada a la aviación.

Dos caras del mismo depredador

Chevrolet concibió dos versiones del Mako Shark II. La primera, una versión estática, era puramente una pieza de exhibición: incluía detalles tan llamativos como tuberías laterales cuadradas y un volante también cuadrado, más propios de una película de ciencia ficción que de una línea de producción.

La segunda versión, en cambio, era plenamente funcional. Presentada en el Salón del Automóvil de París de 1965, esta variante operativa montaba un poderoso motor 427 Mark IV, un V8 que más tarde impulsaría al Corvette C3. Su diseño era más sobrio y realista, aunque mantenía el dramatismo visual y el alerón retráctil como firma de estilo.

De concept a ícono

La influencia del Mako Shark II en el Corvette C3 no fue sutil: definió su silueta por completo. Desde su lanzamiento en 1968 y hasta 1982, el C3 adoptó muchas de las líneas maestras del concept, marcando una era dorada para la marca y estableciendo un lenguaje visual que aún hoy resuena en la memoria colectiva.

Pese a que el prototipo original fue desmontado tras su gira por los salones internacionales, su legado perduró. Años después, el modelo fue renombrado "Manta Ray", en una versión ligeramente modificada. Y como todo mito merece una segunda vida, el suizo Hanspeter Boehi construyó una réplica funcional, devolviendo a las calles el rugido del tiburón.

Un tiburón que sigue mordiendo

El Mako Shark II no sólo fue una obra maestra del diseño automotriz de los años 60. Fue una muestra de cómo un prototipo puede traspasar su condición efímera y convertirse en el molde de un ícono. Su audacia, su estética marina, y su impacto en la historia del Corvette lo sitúan, sin discusión, como uno de los concept cars más influyentes del siglo XX, y probablemente como uno de los autos más espectaculares de la historia.

En un mundo donde lo conceptual muchas veces queda en papel o en vitrina, el Mako Shark II nadó contracorriente y dejó una huella imborrable en la carretera de los grandes bólidos que alguna vez existieron.

miércoles, 30 de julio de 2025

El Templo de los Sacramentinos: Esplendor neorrománico en el corazón de Santiago

También conocido como parroquia del Santísimo Sacramento, este impresionante templo católico se levanta a pasos de la estación Parque Almagro del Metro capitalino.

Sacramentinos.
En el centro de Santiago, justo donde las calles Arturo Prat y Santa Isabel se cruzan con una solemnidad casi simbólica, se alza uno de los templos católicos más impresionantes y desconocidos para muchos santiaguinos: la Iglesia de los Sacramentinos. Su silueta de color marrón, provista de hermosas cúpulas y torres rectilíneas remite inevitablemente a su hermana mayor europea, la Basílica del Sacré-Cœur de París, de la cual toma su inspiración formal. Pero este templo nacional, cuya construcción se extendió por más de dos décadas, posee una identidad única, profundamente arraigada en la historia religiosa, arquitectónica y urbana de nuestro Chile.

Un proyecto monumental en hormigón armado

La Iglesia de los Sacramentinos comenzó a gestarse a comienzos del siglo XX, en el marco de los preparativos para conmemorar el centenario de la independencia de Chile. El proyecto fue encomendado al arquitecto Ricardo Larraín Bravo, con ingeniería estructural a cargo del francés Victor Auclair, experto en el uso del entonces innovador hormigón armado. Este material permitió levantar no sólo una cripta monumental —de 1.500 m² y con tres naves—, sino también una majestuosa cúpula central de 69 metros de altura estructural (72 m desde el nivel más bajo), que se eleva con serena grandeza sobre el altar mayor de este magnífico edificio destinado al culto, el rezo y la contemplación.

La cripta fue inaugurada el 15 de junio de 1919, mientras que la parte superior del templo comenzó a utilizarse de forma parcial en marzo de 1931. Sin embargo, sería recién en 1934 cuando la obra se dio por concluida, gracias al trabajo del arquitecto Alejandro de la Noi Matamala, quien completó los ornamentos y detalles finales.

Belleza románica y espíritu bizantino

El estilo arquitectónico del templo de Los Sacramentinos es una mezcla sobria y majestuosa de románico y bizantino. Sus líneas curvas, arcos de medio punto y amplias bóvedas se entrelazan con la riqueza simbólica de sus elementos decorativos. El interior está dividido en dos niveles: la iglesia inferior (la cripta), que recibe la luz a través de altos ventanales que tamizan el ambiente, y la iglesia superior, que se alza discretamente sobre el nivel de la vereda, a 1,80 metros de altura.

Ambas iglesias están compuestas por tres naves. Este diseño, de influencia europea, no sólo permite una distribución armónica del espacio, sino que enfatiza la vocación contemplativa y procesional de uno de los recintos más maravillosos del país.

Arte sacro y trabajo artesanal

La Iglesia de los Sacramentinos, o parroquia del Santísimo Sacramento, es también un museo vivo del arte sacro y de la artesanía religiosa. Los vitrales fueron encargados a talleres franceses, y en Argentina se confeccionó el altar mayor. Por su parte, el púlpito, los confesionarios, la sillería del coro y los bancos fueron tallados en madera de lingue por los talleres salesianos, dando forma a un mobiliario de gran riqueza material y devoción artística.

Las puertas de bronce, trabajadas por orfebres chilenos, se convierten en una bienvenida solemne. En su dintel se puede leer, en lengua muerta, una frase que parece resumir el espíritu del lugar: “He elegido este lugar para que mi corazón permanezca en él.”

La fachada del templo se engalana además con esculturas de cemento blanco del escultor Aliro Pereira —de la Escuela de Bellas Artes—, entre ellas ángeles adoradores, una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y otra de san Pedro Julián Eymard, fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento. Todas miran hacia la emblemática Plaza Almagro, como guardianes silenciosos del barrio.

Un templo con historia, fe y resistencia

Los Sacramentinos llegaron a Chile en 1908 gracias a las gestiones de la devota María Lecaros de Marchant. Desde entonces, su labor pastoral ha sido intensa, aunque no exenta de dificultades. El templo fue elevado a parroquia el 30 de agosto de 1928 y declarado Monumento Histórico en 1991, pero sufrió también el impacto del terremoto de 1985, que derrumbó su Gran Cruz y dañó su cubierta. 

Fue entonces cuando la comunidad y el espíritu de colaboración internacional se unieron para su restauración: una constructora ofreció su trabajo de forma gratuita y una institución alemana proporcionó los fondos necesarios. Las obras culminaron en 1988, devolviéndole al templo su prestancia original. Sin embargo, después vino el feroz sismo del 2010, que causó nuevos estragos en diversas partes de su majestuosa infraestructura. 

En 1972, como reflejo del cambio urbano y el despoblamiento del sector, la congregación perdió el patio conventual, que fue reemplazado por un centro de entretención popular: los Juegos Diana, un símbolo en sí mismo del extraño y llamativo contraste entre lo sagrado y lo profano en una ciudad contemporánea como lo es Santiago.

Un corazón que late en pleno centro santiaguino

La Iglesia de los Sacramentinos no es sólo un templo; es una promesa de permanencia, una catedral votiva que aún vibra con la fe en Jesucristo, con la historia del país y con el arte que perdura a través de los tiempos. En el interior de este impactante templo resuenan los ecos del centenario de Chile, del sueño modernizador de sus arquitectos, del fervor de sus primeros religiosos, y del silencioso testimonio de quienes aún cruzan sus puertas buscando algo más que arquitectura: buscando sentido a la vida.

Visitarla es adentrarse en una joya arquitectónica que muchos ignoran, pero que sigue ahí, imponente y humilde a la vez, con su colosal cúpula parda acariciando el cielo de Santiago.

lunes, 28 de julio de 2025

ENTREVISTA A UN MONSTRUO: LA VERDADERA HISTORIA DEL MINOTAURO, SEGÚN ASTERIÓN

El minotauro.
Pocos lugares tienen una atmósfera tan densa y lúgubre como el sepulcral Laberinto de Creta. El aire es húmedo, la luz escasea y el hedor a carne putrefacta es imposible de ignorar. En ese laberinto, tallado para perder la razón antes que la vida, reside uno de los personajes bestiales más temidos —y también más malinterpretados— de la mitología griega: el Minotauro. O como él prefiere que lo llamen, Asterión.

Me adentré durante horas en la intrincada arquitectura sin salida, llena de largos pasillos e interminables hileras de columnas dóricas y jónicas. Y cuando ya pensaba en desistir, apareció ante mí esa imponente figura: casi cuatro metros de altura, una musculatura brutal, ojos amarillos y una voz cavernosa.


Aceptó hablar conmigo. Y lo que me dijo cambiará, para siempre, la manera en que vemos el mito de Teseo y el Minotauro.


—Asterión, gracias por recibirme. ¿Por qué decidiste quedarte en este laberinto, tan solo, durante tantos siglos?

—Porque aquí estoy en casa. No hay otro lugar donde pueda caminar sin que me apunten con lanzas, sin que intenten confrontarme o me traten como bestia. El laberinto me entiende. Es mío. Aquí cazo, aquí descanso. Y aquí he vivido más años de los que tú podrías contar.


—La historia oficial dice que fuiste vencido por Teseo. ¿Qué tienes que decir al respecto?

—¡Ja! (ríe con una carcajada que hace crujir las piedras). ¿De verdad te crees esa fábula? Teseo jamás salió de aquí. Jamás. Fue valiente, lo admito. Entró solo, espada en mano, como un héroe. Me enfrentó. Me hirió, incluso. Pero su espada se quebró contra mi piel. Y cuando no le quedó otra que golpearme con las manos, lo hizo con la furia de un desesperado. Pero no le sirvió de nada. Con un solo golpe mío, le arranqué la cabeza. Esa cabeza la lancé afuera, al exterior, para que su pueblo supiera que su esperanza y su gran guerrero había muerto.


—Entonces… ¿todo fue una invención de los humanos?

—¿Y cuándo no lo ha sido? No soportan perder. Inventan epopeyas para tapar su vergüenza. Era más fácil decir que el héroe triunfó y escapó con una princesa, que admitir que su campeón fue devorado por el monstruo.


—¿Y te lo comiste?

—Por supuesto. Llevaba días sin comer. Pero dejé su cabeza, y su corazón, como muestra de respeto. No todos los días se enfrenta uno a un hombre que lucha hasta el final. El corazón lo conservé un tiempo, pero se pudrió. Me lo comí también. ¿Qué más podía hacer?


—Después de eso, nadie se atrevió a entrar por un buen tiempo, ¿no?

—Un año entero. Imagínate: su héroe, muerto como los demás. ¿Qué ganas podían tener de venir? Pero el hambre no espera. En las noches, salía. Rápido, silencioso. Ningún humano que me vio afuera sobrevivió para contarlo. Cazaba en los campos, a veces entraba a casas. Comía y regresaba al laberinto antes del alba.


—Asterión, ¿te consideras malo?

—Soy lo que soy. No soy bueno, pero tampoco peor que los humanos. Yo mato para comer. Como vegetales, pero admito que también me gusta muchísimo la carne. Los hombres matan por juego, por poder, por aburrimiento. Han exterminado especies enteras. Yo no haría eso jamás. Siempre habrá humanos. Yo sólo tomo lo necesario para vivir.


—¿Nunca has querido dejar el laberinto? ¿Vivir en otro lugar?

—¿Y para qué? Este es mi hogar. El mundo allá afuera no está hecho para mí. En el laberinto soy rey, cazador, guardián. En el mundo de ustedes, sólo sería una aberración.


—¿Y la soledad? ¿Nunca has sentido el deseo de compartir tu vida con alguien?

—Soy eterno. Y sí, a veces pesa. Me gustaría tener descendencia, un legado. Pero no creo en el amor. Lo carnal, sí, eso lo entiendo. Pero ese otro amor, el de ustedes, el que los hace llorar y escribir poesía… eso es sólo suyo. Y mejor que lo cuiden, porque es lo único que los hace diferentes del resto de las bestias.


—Asterión, gracias por tu honestidad. Me honra que hayas compartido esta historia.

—Gracias a ti por llamarme por mi nombre. No soy "El Minotauro". Soy Asterión. Y cuando quieras, vuelve. Quizá hagamos un asadito... de humano (vuelve a reír con ese eco que hace temblar las paredes del laberinto).


Así concluyó la conversación con una de las criaturas más incomprendidas de la mitología. Tal vez el monstruo no es tal. Tal vez, como muchas veces en la historia, el vencedor fue silenciado, y el mito se escribió para consolar a los vencidos.