lunes, 7 de julio de 2025

Hinchas de la U: llegó la hora de exigirle a los políticos que apoyen el gran anhelo azul

Los fanáticos del equipo del chuncho somos millones, y con nuestro voto podemos presionar a los candidatos presidenciales a mostrarse a favor de la aprobación de la construcción de un futuro estadio para nuestro amado club.


Soy chuncho.
Si queremos que algún día logre materializarse el añorado sueño de un estadio propio de Universidad de Chile, como hinchas tenemos que movernos, pero hacerlo en forma coordinada y en buena lid. No basta con alentar, con llenar estadios ajenos, con romper récords de asistencia en el fútbol chileno mientras seguimos siendo un equipo nómade, desplazado, sin casa. Si de verdad queremos cambiar la historia, tenemos que actuar con conciencia y con unidad. Porque sí, azules: podemos definir una elección presidencial, y así exigirles a los políticos que se pongan de nuestro lado, y no en contra de nosotros.

Universidad de Chile tiene una hinchada inmensa. Se calcula que somos entre tres y cuatro millones de personas en todo el país. Más que suficientes para inclinar la balanza de una elección, ya sea presidencial o también a nivel municipal. Si queremos alguna vez tener un estadio propio, tenemos que coordinarnos no sólo como hinchas, sino que también como ciudadanos y como electores. Pero no lo haremos con cánticos ni banderas, sino con una presión democrática, informada y movilizada.

Porque ya basta de esperar. Llevamos décadas pidiendo un estadio, y la respuesta del Estado de Chile —de todos los colores políticos— ha sido siempre la misma: silencios, excusas, trabas, promesas vacías. Siempre ocurre lo mismo: reuniones con alcaldes que nos ilusionan, pero después nos dicen que el respectivo concejo municipal está en contra de un estadio de la U en dicha comuna. Nos dicen que no hay terrenos, que no se puede cambiar el uso de suelo, que hay comunidades en contra, que los permisos se demoran. Pero mientras tanto, otros clubes sí han podido. ¿Por qué nosotros no? ¿Por qué al equipo del chuncho se le sigue negando lo que le corresponde? Tenemos que exigir que un Presidente de la República se ponga de nuestro lado, y que nos diga que, si el concejo municipal rechaza un estadio, que será el propio Gobierno el que lo apruebe a través de un consejo de ministros, tal como se ha hecho en otras oportunidades para aprobar centrales eléctricas, cárceles, complejos mineros, u otras instalaciones de interés nacional.

La verdad es una sola: no hay voluntad política

Por eso esta columna es un llamado, claro y directo, a todos los hinchas de la U: votemos con los ojos bien abiertos. En las próximas elecciones, interpelemos a los candidatos presidenciales. Preguntémosles en redes sociales, en actividades públicas, en los matinales donde aparecen repitiendo frases prefabricadas. Ojalá que la dirigencia de Universidad de Chile tome la posta, y haga una conferencia de prensa emplazando a los postulantes al sillón presidencial, aunque la verdad es que tampoco espero que lo hagan, porque ellos también son parte del problema. 


Estas son las tres preguntas que tenemos que hacerle a cada uno de los candidatos:

  • ¿Estás dispuesto a facilitar la construcción del estadio de la U?
  • ¿Vas a comprometerte con una política nacional que agilice la permisología para obras deportivas?
  • ¿Vas a seguir ignorando la voz de millones de hinchas de Universidad de Chile?


No es populismo. Es justicia. Lo que pedimos no es un favor: es dignidad. Es poder tener un estadio propio como cualquier equipo grande del mundo. Es dejar de ser visitantes hasta en nuestra propia ciudad. Es construir un legado para nuestros hijos, para nuestros viejos, para los que ya no están. Y ojo que acá no estamos pidiendo que el Estado lo construya, porque el estadio lo puede hacer una empresa a cambio del nombre (vía "naming rights"), sino que sólo exigimos que se otorguen los permisos correspondientes para hacer un estadio de fútbol, que es lo que ocurre en cualquier normal... menos acá en Chile.

Entre todos podemos cambiar la historia

La U no es sólo fútbol. Es identidad, es resistencia, es pueblo. Y ese pueblo azul tiene una fuerza que ningún político puede ignorar si la sabe usar: la fuerza del voto.

Acá no llamo a votar por tal o cual candidato. Llamo a exigir. A fiscalizar. A levantar la voz. A organizarnos como la hinchada poderosa que somos, en un club pluralista donde hay hinchas de todos los sectores políticos posibles. Porque si seguimos votando sin memoria, sin condiciones, sin exigir respeto, seguiremos viendo cómo pasan los años y el sueño del estadio se va desvaneciendo. Los políticos llevan décadas ignorando nuestro sueño, décadas humillando nuestro gran anhelo, décadas inventado excusas ridículas para que la U no pueda contar con un recinto propio... y eso tiene que parar algún día.

Azules, despertemos. Votar también es alentar. También es presionar. También es cambiar la historia. Que esta vez no nos vuelvan a meter un gol por la espalda. Que esta vez el futuro de la U también se juegue en las urnas, como siempre debió de haber sido.

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