jueves, 29 de febrero de 2024

¡Basta de políticos anti-fútbol que obstaculizan el sueño de la "U"!

En un país donde el fútbol es más que un deporte, de hecho es una pasión intensa que late en el corazón de millones de personas, resulta indignante que políticos mezquinos se interpongan en el camino de un equipo tan emblemático como lo es la Universidad de Chile, en la materialización del más arraigado deseo de sus hinchas: el sueño del propio estadio. La negativa de parte de múltiples autoridades, gobiernos y alcaldes es la misma de siempre: bajo el pretexto de la seguridad pública, se le impide a la "U" conseguir un terreno para concretar su tan ansiado proyecto. En el fondo, toda esta negativa es simplemente una cortina de humo para encubrir su falta de voluntad política y visión a largo plazo.

Universidad de Chile.
El argumento de la seguridad pública es tan endeble como una red de arco vieja y rota: ¿Es acaso culpa de la "U" que el sistema judicial en Chile tenga más agujeros que la defensa de un equipo amateur? ¿Es culpa del club de fútbol que los delincuentes, en vez de pagar tras las rejas por sus crímenes, caminen libremente por las calles incluso después de ser detenidos hasta 30 o 40 veces? La respuesta es un rotundo no. Si la seguridad pública en nuestro país no funciona, es culpa de los jueces y fiscales que no hacen bien su trabajo, y de los parlamentarios que no se atreven a cambiar las leyes que hace rato tendrían que haber modificado. Pero que la Universidad de Chile tenga que pagar el pato por la ineficiencia e ineptitud de otros, es por lo menos injusto.

Además detrás de esta negativa constante se esconde una serie de intereses oscuros y una falta de compromiso real con el desarrollo del deporte y la cultura futbolística en nuestro país. La Universidad de Chile, con su larga historia y su legión de seguidores incondicionales y apasionados, merece mucho más que ser la desafortunada víctima de las maquinaciones de políticos ineficiente, que se olvidan que el fútbol es parte del alma e idiosincrasia nacional.

La construcción de un estadio no solo sería un hogar para la "U", sino que además sería un faro de esperanza y un motor de desarrollo para la comunidad que decida alojarlo. ¿Acaso no entienden las autoridades que un estadio propio no sólo beneficiaría al club, sino que además generaría empleos permanentes, impulsaría el turismo y fomentaría la sana convivencia entre vecinos? Parece que están demasiado ocupados contando votos para la próxima elección como para ver más allá de sus propias narices.

Frente a todo esto, agrego un dato más: Chile necesita con urgencia un estadio grande y moderno, no sólo la "U", sino que todo el fútbol nacional, y también nuestra querida selección chilena. De hecho, no deja de ser brutal el hecho que en nuestro país no se construye un estadio para más de 40 mil personas desde mediados de la década de los 70s. En Sudamérica, sólo Bolivia cuenta con un registro así de vergonzoso y lamentable. 

Da pena decirlo, pero a veces siento que Chile es uno de los países más anti-fútbol de todo el mundo, o tal vez el más anti-fútbol de todos. De hecho, ni siquiera en el Afganistán de los talibanes, en la Cuba castrista o en la Venezuela de Maduro se le ponen tantas trabas a un equipo de fútbol para conseguir un terreno donde levantar su estadio propio. 

Ya es hora de exigirle a los políticos anti-fútbol que dejen de poner obstáculos y que de una vez por todas empiecen a trabajar para el bienestar real de la ciudadanía. La Universidad de Chile y su afición no merecen ser tratadas como moneda de cambio en un juego partidario mezquino. Es hora de que se pongan los pantalones y permitan que el sueño azul de un estadio propio se haga realidad. No les estamos pidiendo nada más, sólo queremos que si no nos van a ayudar en esto, que al menos dejen de perjudicarnos. ¡Basta de políticos que apagan la pasión futbolística con su indiferencia, apatía y falta de visión a futuro!

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