domingo, 3 de septiembre de 2023

Las contribuciones son un impuesto injusto, donde te cobran toda la vida por algo que ya te pertenece

Dentro de todos los impuestos existentes en Chile, tal vez el peor de todos son las contribuciones, ya que gracias a ellas el Estado te roba para siempre, hasta que te mueres. Sí, aunque suene cruel, las contribuciones son un impuesto perpetuo, mientras tengas tu casa, donde se te cobra para siempre por algo que en teoría debería de ser tuyo por pleno derecho.

Es increíble que en tiempos donde los políticos tanto se llenan con "los derechos sociales", todavía existan las contribuciones, que es donde el Estado hace lo mismo que antes hacían los señores feudales con sus inquilinos, bajo la amenaza de robarte y rematar tu propia vivienda. Increíble y cruel, por decir lo menos. 

En el escenario actual, donde las conversaciones sobre reformas tributarias están a la orden del día, es imperativo abordar a fondo un tema que ha estado pasando desapercibido durante demasiado tiempo en Chile: el injusto cobro perpetuo de las contribuciones. Acá no importa si tu propiedad es una mansión o un hogar modesto, o si eres millonario o de clase media, las contribuciones representan un impuesto que, sin duda, merece ser cuestionado y repudiado ampliamente dentro de la sociedad.

Un robo descarado frente al que nadie hace nada

Un impuesto injusto.
Las contribuciones, tal como están diseñadas en Chile, son un robo descarado por parte del Estado a los ciudadanos. ¿Por qué? Porque se trata de un impuesto que pagas indefinidamente por algo que ya es tuyo. Pongámoslo en perspectiva: compras una casa, un terreno o una propiedad, y cada año, sin falta, el fisco te exige un pago, una especie de tributo por el simple hecho de ser dueño de algo. ¿Es esto justo? Claramente no lo es.

Lo peor de todo es que si en algún momento olvidas pagar estas contribuciones, el Estado tiene el poder de rematar TU propia casa. Imagina el impacto devastador que esto podría tener en una persona que ya está lidiando con problemas emocionales, como la depresión. ¿Puede el Estado ser cómplice, de alguna manera, de un suicidio o de una tragedia semejante, todo por el cobro de contribuciones? Sí, podría llegar a serlo, en el peor de los casos. 

Las contribuciones operan como un asalto a mano armada

Es hora de que seamos honestos con nosotros mismos y reconozcamos que las contribuciones, tal como están concebidas, son un asalto a mano armada a la propiedad privada. Es inaceptable que alguien pueda perder su hogar debido a un olvido o una dificultad económica pasajera. De hecho, creo que las contribuciones deberían de ser consideradas más bien un crimen o un delito que un simple impuesto.

Es fundamental abogar por una reforma tributaria que no solo baje los impuestos, sino que también elimine para siempre ese gravamen injusto que son las contribuciones. ¿Por qué? Porque esta es la esencia de la justicia tributaria. Si hablamos de derechos sociales y equidad, comencemos por poner fin a este robo legalizado.

El cobro perpetuo del impuesto por lo que ya es tuyo debería de ser abolido

El cobro perpetuo de las contribuciones no solo debería ser discutido, sino también abolido. Es hora de que las autoridades consideren seriamente esta cuestión, reconociendo que gravar a las personas por algo que ya es suyo es un abuso que roza lo criminal.

De esta forma, si realmente queremos una reforma tributaria significativa, comencemos por lo básico: reduzcamos los impuestos y pongamos fin a las contribuciones. Esta es la verdadera revolución que necesitamos para construir un sistema tributario más justo y equitativo. Las contribuciones perpetuas son un impuesto injusto, y ha llegado el momento de ponerles fin de una vez por todas.

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