sábado, 29 de julio de 2023

El escandaloso robo del Frente Amplio: 13 mil millones de pesos

Contraloría dio a conocer el millonario monto de fondos defraudados al país por parte de la maquinaria de fundaciones de ultraizquierda que fueron armadas exclusivamente con dicha finalidad. Los mismos que antes se jactaban de una supuesta "superioridad moral" terminaron siendo unos viles ladrones. 

El Caso Fundaciones suma y sigue. Este brutal escándalo provocado por las fundaciones ligadas al Frente Amplio ha sacudido la confianza en nuestra democracia, y también la gestión de los recursos públicos en Chile. Esta semana, la Contraloría General de la República declaró como ilegales 29 convenios entre el Estado y dichas organizaciones truculentas, lo que ha dejado al descubierto un claro intento de defraudar al erario público mediante una red de organizaciones que parecían estar creadas con la única finalidad de adjudicarse dineros fiscales.

Tropa de ladrones.
Hay que decirlo por su nombre: el Caso Fundaciones deja en evidencia una red espantosa de corrupción de parte del Frente Amplio, sí el mismo conglomerado que alguna vez se jactó ilusamente de tener una supuesta "superioridad moral" en este tipo de casos. Esta lamentable situación, que involucra más de 13 mil millones de pesos, se asemeja a la acción de viles delincuentes que buscan lucrarse a costa de todos los ciudadanos. Es así como la ultraizquierda chilena demostró que no sólo es repudiable por defender a terroristas, sino que también lo es por armar entidades ficticias sólo para robar. 

El feroz robo de las fundaciones izquierdistas

La gravedad de este caso radica no sólo en el monto defraudado, sino también en el abuso de la confianza que los ciudadanos depositaron en quienes gestionan los recursos del Estado. La transparencia y la legalidad en el manejo de los fondos públicos son pilares fundamentales para el buen funcionamiento de una sociedad democrática. Cuando estos principios se vulneran, la confianza en las instituciones y en los representantes políticos se erosiona, y los ciudadanos se sienten traicionados.

Entre las observaciones realizadas por la Contraloría, se destacan algunas prácticas cuestionables que se han venido repitiendo en estos convenios ilegales. La ambigüedad en los giros de algunas fundaciones, al describirse como entidades falsamente dedicadas a "ayudar al prójimo", permite una amplia gama de actividades sin una clara supervisión. Asimismo, la falta de claridad en los ítems de gastos y la inexistencia de un registro adecuado de personas jurídicas receptoras de fondos públicos facilitan la manipulación y el mal uso de los recursos. En vez de ayudar a los más pobres, terminaron haciendo todo lo contrario: robando los recursos públicos que iban a ser para ayudarlos. 

Se rompió la confianza en las instituciones políticas

Es imperativo que se tomen acciones enérgicas para restablecer la confianza en el sistema y evitar que casos como este se repitan. La anulación de los convenios ilegales es un primer paso, pero es necesario ir mucho más allá. Se debe investigar a fondo para determinar las responsabilidades y, en caso de encontrar delitos, remitir los antecedentes al Ministerio Público para que se realice una investigación exhaustiva. Quienes sean declarados como culpables, tienen que pagar con pena de cárcel, sea quien sea.

Además, es crucial que se revisen los mecanismos de control y fiscalización para evitar que situaciones similares puedan ocurrir en el futuro. La transparencia debe ser una premisa en todos los niveles del Estado, y las instituciones encargadas de velar por el correcto uso de los recursos deben contar con los recursos y herramientas necesarias para realizar su labor de manera efectiva.

El importante rol ciudadano de fiscalizar a las autoridades

De esta forma, la ciudadanía también tiene un rol fundamental en este proceso. La exigencia de responsabilidad y transparencia a nuestros representantes políticos es una responsabilidad que no podemos delegar. Estos hechos deben ser una llamada de atención para que todos estemos atentos y vigilantes ante cualquier indicio de corrupción o malversación de fondos. Es así como es importante no sólo participar en política a través de nuestro voto, sino que también con nuestra fiscalización y nuestra opinión. Nosotros somos la opinión pública, y ningún político puede venir a decirnos lo contrario.

El robo al Estado perpetrado por estas fundaciones ultraizquierdistas del Frente Amplio es un acto reprobable que debe ser condenado enérgicamente. La corrupción y el mal uso de los recursos públicos no pueden tener cabida en nuestra sociedad, y es tarea de todos luchar por una gestión transparente y honesta de los asuntos públicos. Solo así podremos avanzar hacia un país en el que prevalezca la justicia, la equidad y el bienestar para todos los ciudadanos.

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