Para nadie es un misterio que el alcalde Rodolfo Carter ha irrumpido con todo en la opinión pública durante los últimos meses, gracias a un política de demoler las llamadas narco-viviendas de peligrosos narcotraficantes que están detenidos: una medida criticada por unos, pero apoyada por una mayoría importante de la ciudadanía.
Rodolfo Carter. |
1) El objetivo central: Seguridad Pública.
En tiempos en que la delincuencia se ha tomado casi por completo la agenda pública, que un político como él no sólo aparezca como alguien que habla de cómo enfrentar a los delincuentes, sino que también como una persona que ha hecho cosas concretas en esa vía, es un punto a favor considerable. Carter tiene que seguir como lo ha hecho hasta ahora, mirando siempre de reojo lo que está realizando Nayib Bukele en El Salvador, un gobernante que gracias a la "mano dura" contra los delincuentes ya suma más del 90% de apoyo en su país. Yo soy de la idea de que Chile necesita un Bukele, y en ese sentido, bien podría ser Carter el hombre que estamos buscando.
2) Empezar a hablar de terrorismo.
El terrorismo es un tema tabú casi para todos los políticos chilenos, y si Carter quiere diferenciarse, tiene que empezar haciéndolo desde ahí. Es crucial que se atreva a decir las cosas por su nombre, y que no tema en decirle terroristas a los terroristas. Y cuando hablo de terroristas no sólo me refiero a los desquiciados de la CAM en el sur, sino que también a los orcos que realizan manifestaciones vandálicas en Santiago en fechas específicas. Tal como Carter ha tomado protagonismo por enfrentar a los narcos de su comuna, también tiene que empezar a planificar su futura campaña con propuestas contra los terroristas. Muchos chilenos queremos volver a ser el Chile de antes de ese nefasto 18-O, y creo que por ahí mismo puede ir su consigna de campaña.
3) Reflotar el tema del crecimiento económico.
El crecimiento económico es otro tema tabú casi para todos los políticos chilenos. Los políticos nacionales no sólo no hablan de crecimiento económico, sino que incluso es como si el tema no les interesara. En ese sentido, hay que ser serios: sin crecimiento económico, no hay ayudas sociales sustentables a lo largo del tiempo. Y peor aún: sin crecimiento económico, no hay generación de empleo. Chile necesita de un liderazgo claro, de alguien que vuelva a hablar de crecer económicamente, y de generar empleos. Y acá es donde también volvemos al punto anterior, pues sin seguridad pública no hay inversión, y sin inversión no hay crecimiento económico. Está todo relacionado.
¿Mi propuesta? Sumar a su futuro equipo de trabajo a uno o dos rostros potentes en materia económica, que puedan catapultarse como hipotéticos candidatos a ministro de Hacienda. Y nombres hay varios: Alejandro Alarcón, Cecilia Cifuentes, José Luis Daza, Klaus Smith-Hebbel, Felipe Larraín, sólo por nombrar a los más conocidos.
4) No pelear con Kast ni con el Partido Republicano: ellos no son "el enemigo a vencer".
Acá hay que ser claro, y el peor negocio que puede hacer Rodolfo Carter como candidato es enfrascarse en peleas fratricidas con José Antonio Kast. Y digo fratricidas porque ambos salieron de la UDI, claro que uno mutó hacia la independencia política (Carter) y el otro hacia el ala más conservadora de la derecha (Kast). Rodolfo Carter no puede caer en el mismo error que cayeron Sebastián Sichel e Ignacio Briones en las elecciones pasadas, que por tratar de desmarcarse de la derecha conservadora cayeron en ataques casi vulgares contra José Antonio Kast, lo cual les costó muy caro: Briones quedó último en las primarias, y Sichel quedó cuarto de entre siete candidatos. Ambos tuvieron derrotas estrepitosas por irse en contra de Kast y la derecha conservadora, y lo único que lograron fue que el elector de derecha les terminó pasando la cuenta. En ese sentido, Carter tiene que tener claro que para salir electo presidente, sí o sí necesitará del respaldo del electorado de Kast.
Los enemigos son los terroristas y los delincuentes. Los adversarios son los políticos de extrema izquierda que defienden a esos terroristas y delincuentes.
5) No caer en la dialéctica de Pinochet y Allende.
Puede sonar básico, pero lo peor que puede hacer Carter es caer en el jueguito de la extrema izquierda y empezar a hablar de Pinochet y Allende. Pero en ese sentido, tampoco puede cometer el error infantil de Ignacio Briones, en cuya franja electoral salía destruyendo una tumba de Pinochet pero no la de Allende... o sea, quedó como si fuera anti pinochetista, pero casi indiferente frente al allendismo. Acá la cosa es simple: no hablar del tema, verlo como un tema histórico pero que ya pasó hace 50 años. Carter tiene que apuntar al Chile del futuro, y no al Chile del pasado.
6) Atraer el electorado inmigrante:
Los inmigrantes son casi 2 millones de personas en nuestro país, y muchos de ellos tendrán derecho a voto en dos años más. Acá hay que apuntar a conquistar a ese electorado. Sí, es cierto que hay que repudiar a los delincuentes, sean oriundos de Chile o inmigrantes, pero también tiene que hacer la diferencia con los inmigrantes honestos y decentes, que son una mayoría considerable. Es de vital importancia no caer en la xenofobia de los sectores más ortodoxos de la derecha, pero también no incurrir en las grotescas vueltas de carnero de la izquierda, que un día dice una cosa y al otro día dice otra. Acá hay que ser integrador, y de una sola línea: un candidato que vaya de la mano de los inmigrantes, pero de los inmigrantes decentes, que son una mayoría considerable en nuestro país.
7) Mantenerse como independiente.
De todos los precandidatos que han sonado hasta ahora a la Presidencia de la República, el único que es independiente es Rodolfo Carter. Es importante que se mantenga afuera de los partidos... pero no distante a los partidos. En ese sentido, tiene que ver lo que le sucedió a Sebastián Sichel, que se mantuvo afuera de los partidos, pero distante a ellos. Lo ideal para Carter es que pudiese llegar a ser el candidato de un bloque amplio, conformado por el Partido de la Gente (PDG) y Chile Vamos, aunque eso también suena tan difícil como ambicioso. Lo más realista es que sea candidato de Chile Vamos, siempre y cuando logre sortear y vencer en una primaria a Evelyn Matthei, alcaldesa con un tremendo nivel de apoyo ciudadano y mucha experiencia en política.
Carter no es un outsider, y eso hay que tenerlo claro. Él militó en la UDI, y todavía hay gente que lo asocia con ese partido. Tiene que diferenciarse, mostrarse como un político ciudadano fuera de los partidos, y creo que hasta ahora ha cumplido bien esa tarea.
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