domingo, 25 de diciembre de 2022

¿Quién determina qué es, y qué no es "discurso de odio"?

Hoy en día muchos hablan del discurso de odio en política, ¿pero quiénes son los privilegiados que se sienten con el derecho de venir a dictarle al resto qué es y qué no es "discurso de odio"?

Actualmente una de las estrategias más eficientes para acallar al otro es decir que sus opiniones incurren en el llamado "discurso de odio". Decir eso, presupone de partida invalidar la opinión del contrario, sin importar de que vivamos en un mundo donde hay -o al menos debería de haber- plena libertad de expresión.

Discurso de odio.

Sí, es cierto que esa libertad de expresión debe tener ciertos límites, ya que no puede ir de la mano con promover ideas delictuales, o bien para fomentar el terrorismo o los comportamientos que incidan en agresiones físicas de unos contra otros. Es por eso porque tenemos que cuidar la libertad de expresión, pero jamás incurrir en el libertinaje de expresión, que eso sería letal para nuestra sociedad. 

Muchos entienden el concepto de discurso de odio como "la acción comunicativa que tiene como objetivo promover y alimentar una opinión dogmática y destructiva hacia un grupo de individuos históricamente discriminado o perseguido por motivos raciales, étnicos, religiosos, de origen nacional, de orientación o identidad sexual, de discapacidad, etc. Este discurso es propagado con intención maliciosa para incitar al interlocutor o lector a participar de la humillación y marginalización contra el grupo, e incluso a cometer acciones violentas contra el mismo (incitación al odio)". Esta al menos es la definición que nos da el jurista e intelectual argentino Gustavo Ariel Kaufman, la cual en general parece ser la más aceptada hasta este momento. 

Yo en lo personal, pienso que dicha definición es bastante acertada, ya que creo que promover ideas que vayan en favor del racismo, la homofobia o la xenofobia, bien pueden ser catalogadas como "discurso de odio", e incluso llegar al punto de ser esto algo indiscutible. Sin embargo, el autor relata que las persecuciones por motivos religiosos también son discurso de odio, y ahí ya algunos que tanto se llenan la boca con esto del "discurso de odio" comienzan a patinar, ya que ellos mismos son a la vez importantes promotores de la odiosidad contra quienes profesan ciertos credos religiosos, llegando incluso a ningunear o caricaturizar a las personas que son creyentes.

Redes sociales.
¿Quiénes son los "privilegiados" que se sienten con el derecho de venir a decir qué conductas caen dentro de la categoría de "discurso de odio", y cuáles no? Porque, por ejemplo, para mí, el hecho de promover el Comunismo (la ideología más sanguinaria del siglo XX, incluso más que el Nazismo), bien podría caer en esta categoría, pero sin embargo, para otros cuya bandera de lucha es ser "contrarios al discurso de odio", esta afirmación ni siquiera es cierta. U otro ejemplo del cual muchos evitan referirse: para mí, el promover el aborto, es decir triturar a fetos o embriones humanos sin el más mínimo atisbo de misericordia, también podrá perfectamente caer en la calificación de "discurso de odio", ya que en la práctica significa incentivar a otros matar a seres humanos en gestación... ¿Acaso alguien me va a venir a decir que promover el aborto no es uno de los peores discursos de odio que puedan existir?, ¿quiénes son ellos para venir a decirme que eso no es discurso de odio, cuando están promoviendo la idea de matar a un ser humano en gestación, que es indefenso e inocente?

Al parecer, todo el mundo entiende qué es discurso de odio, pero lo que no todos entienden es hasta que punto un comportamiento es, o no es, discurso de odio... Dicho de otra forma, los límites del llamado "discurso de odio" son bastante difusos, mucho más de lo que sus propios promotores creen.

Dicho de otra forma: muchos saben qué es "discurso de odio", pero son muy pocos los que saben qué no es "discurso de odio".

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