viernes, 9 de septiembre de 2022

"Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme"

 Carta I de San Pablo a los Corintios 9,16-19.22b-27.


Hermanos:

Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!

Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.

¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.

En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible.

Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.

Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.

¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen.

Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible.

Así, yo corro, pero no sin saber adónde; peleo, no como el que da golpes en el aire.

Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado.

No hay comentarios: