Salmo 84(83),3.4.5-6.12.
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.
Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.
¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti,
al emprender la peregrinación!
Porque el Señor es sol y escudo;
el Señor da la gracia y la gloria,
y no niega sus bienes
a los que proceden con rectitud.
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