Dos de estos temas puntuales son a largo plazo, y los otros dos son para un futuro relativamente próximo.
Ya pasaron la elección de constituyentes y también el plebiscito constitucional, ambos con resultados catastróficos para la derecha chilena. Como ya he ahondado en el tema, las explicaciones son muchas. Bien puede decirse que el electorado nacional "se izquierdizó", pero también puede asegurarse que la centroderecha hizo todo mal, o que la izquierda le dio una paliza desde la arena comunicacional, logrando camuflar a la perfección a candidatos de ultraizquierda como si fuesen "independientes". Todo eso es cierto, y es imperioso sacar enseñanzas de esta verdadera tragedia.
Sin embargo no sacamos nada con ser autoflagelantes. Hay que aprender del desastre y a partir de ahí comenzar a delinear cuál debe ser el futuro programático de la derecha para los meses siguientes, y también para los próximos años. Al respecto, es vital hacer hincapié en cuatro puntos cruciales, dos de los cuales son a corto plazo, y los otros dos a largo plazo. Ellos son: impedir el triunfo de Jadue, cumplir un buen desempeño en la elección parlamentaria, dar la batalla cultural, y por último terminar con adoctrinamiento en las salas de clases. Los analizaré uno a uno.1) Impedir un triunfo de Jadue: Para nadie es un misterio que el candidato comunista Daniel Jadue es, hoy por hoy, uno de los aspirantes más potentes al sillón presidencial de La Moneda, de cara a los comicios que se realizarán a fin de año. Acá es importante poner énfasis en que no está todo perdido, ni mucho menos, pues la segunda vuelta en nuestro país no se define por la cantidad de partidarios incondicionales, sino que por el nivel de rechazo de los candidatos. Y es en ese punto donde Jadue también puede complicarse bastante. El tema es que hay que ser estratégico y votar por el que tenga más opciones de llegar a segunda vuelta, siempre pensando en un objetivo mayor, que es impedir que un comunista sea por primera vez presidente de Chile.
2) Elecciones parlamentarias: Las elecciones parlamentarias son casi tan determinantes como la elección presidencial, e incluso hay quienes sostienen que son más importantes. Es por eso que la derecha tiene que apuntar muy alto ahí. Debemos aprender de la verdadera lección que nos dio la izquierda, y poner en práctica una estrategia similar. La derecha debe de ir unida en una sola lista desde Evopoli hasta el Partido Republicano, pero en paralelo debe llevar una lista de candidatos que sean "falsos independientes", tal como la ultraizquierda lo hizo con la llamada "Lista del Pueblo", que no eran más que comunistas sin militancia partidaria.
3) Batalla cultural: Como ya he explicado varias veces en este blog, la batalla cultural es uno de los dos grandes objetivos que hay que revertir a largo plazo. Lamentablemente veo que la derecha no hace nada para lograrlo. Acá es vital mantenerse firme en dos postulados fundamentales como lo son la Economía y la Seguridad Pública, pero al mismo tiempo debemos quitarle todas esas banderas que no son de izquierda, pero que falsamente enarbola la izquierda. Me refiero a la lucha de los inmigrantes, las causas ecologistas y la dignidad de las personas homosexuales. El discurso de derecha debe ser potente y con una profunda convicción, para que así pueda llegar con fuerza a los inmigrantes, a los ecologistas y también a las personas de las minorías sexuales. Todos ellos votan.
4) Terminar con el adoctrinamiento en colegios y universidades: Tal vez la causa principal de todos los males que han afectado a Chile en el último tiempo está en los 30 años de adoctrinamiento político izquierdista en las aulas de colegios y universidades. Revertir esto es dificilísimo, pero hay que intentarlo. Hay por lo menos tres generaciones de jóvenes que son predominantemente de izquierda o de ultraizquierda, y todo gracias al lavado de cabeza que le hacen sus profesores. Como ya lo dije antes, este debe ser el principal objetivo de la derecha a largo plazo. De nada servirá todo lo que podamos planificar ideológicamente si no somos capaces de terminar con este adoctrinamiento izquierdista permanente en colegios y universidades.
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