Convención Constituyente: Lo que mal empieza, mal termina

Son muchos los que tienen que hacer un profundo mea culpa, luego de los desastrosos resultados del comicio de este fin de semana.

Esta semana se realizó la elección de los constituyentes que redactarán la Nueva Constitución para nuestro país: el resultado fue un verdadero desastre y una hecatombe sin precedentes para la derecha, y especialmente para el bloque conformado por Chile Vamos y por el Partido Republicano. Al respecto, son muchos los rostros políticos que tienen que hacer un duro mea culpa, y dar explicaciones por lo ocurrido. Y puede sonar muy crudo, pero también es cierto: nuestro país lleva ya casi dos años haciéndolo todo mal... ¡todo!

Si analizamos fríamente, los primeros grandes culpables del desastre son el Presidente Sebastián Piñera, el ex diputado Mario Desbordes y el ex ministro Gonzalo Blumel, que durante el Estallido Terrorista del 2019 decidieron enfrentar una crisis de Terrorismo vandálico con reformas políticas. Craso error, pues al Terrorismo se le combate con medidas de Seguridad Pública, no con determinaciones políticas a la pinta de los propios pirómanos. Muy mal ahí el gobierno, pues se olvidó de una máxima absoluta en política: con terroristas no se negocia. El diagnóstico que hizo esa vez la clase gobernante fue pésimo, y la "solución" propuesta fue aún peor. 

Otro gran culpable de todo lo ocurrido ha sido el profundo adoctrinamiento ideológico de izquierda existente en colegios y universidades del país, que por durante ya treinta años le han lavado la cabeza a miles (y tal vez millones) de jóvenes de al menos ya tres generaciones distintas. Eso explica que la ultraizquierda haya pasado de ser el 5% en Chile durante los años 90s al 30% o 35% del electorado hoy en día. En la actualidad, ocho de cada diez jóvenes chilenos simpatizan con las ideas de izquierda o de ultraizquierda, le duela a quien le duela. 

No podemos dejar afuera del análisis el factor televisivo, pues actualmente la sociedad chilena está idiotizada por lo que se dice en la televisión. Sólo en Chile pasa que los matinales son la institución más influyente del país, siendo incluso más determinantes en las ideas que cualquier otro organismo público o privado existente, Patético, pero también real. Y para peor de males, todos los matinales están llenos de "rostros" que promueven las ideas de izquierda, pero que no se esfuerzan en renegar de su vida burguesa y profundamente acomodada. Socialismo burgués al servicio del lavado cerebral de una masa no pensante. Y esto es a tal punto, que de verdad creo que mientras la derecha no tenga su propio canal de TV abierta, no ganará ninguna otra elección de aquí al año 2070. 

Y ni hablar de lo más patético dentro de lo patético: el verdadero zoológico constitucional que se eligió en nuestro país. Decir que la famosa "Tía Pikachu" fue electa con una mayoría desbordante sólo refleja el nivel de estupidez que prolifera en el electorado chileno... ¿Cómo puede ser que alguien sea electo para un cargo público de tal responsabilidad sólo por el hecho de disfrazarse de Pikachu y bailar al ritmo de acéfalos y saltimbanquis? 

Tampoco puedo dejar afuera la mala selección de candidatos que hicieron Chile Vamos y el Partido Republicano, y su nula capacidad para tratar de adaptarse a la sociedad moderna. Cero presencia de candidatos inmigrantes, cero presencia de candidatos de las minorías sexuales, casi nula presencia de candidatas mujeres jóvenes de origen humilde o de madres solteras... ¿Cómo quieren sintonizar con la realidad del chileno promedio si ni siquiera son capaces de mostrar entre sus propios candidatos a todos los rostros que forman nuestro Chile actual? Sólo llevaron candidatos indígenas porque la ley se los obligó, porque de lo contrario tampoco lo habrían hecho. Eso fue algo que yo en este mismo blog advertí hace unos tres meses atrás, pero al parecer nadie me hizo caso. 

Para bien o para mal, los dados ya están tirados. A esta alturas sólo nos queda rezar para que tratar de evitar la hecatombe y el colapso total del país. No me quiero ni siquiera imaginar el esperpento de Constitución que va a salir de todo esto, pero sí hay algo que puedo asegurar y con total convicción: todo lo que mal empieza, mal termina... y como diría Metallica, "Sad but true".