domingo, 18 de octubre de 2020

Ser católico y votar Apruebo es una contradicción hasta biológica

 Los orcos de ultraizquierda quemaron esta tarde dos templos santiaguinos, en el marco de la conmemoración por el aniversario de la Revolución Terrorista.

Parafraseando una destacada cita de Salvador Allende y aplicándola a la realidad del Chile contemporáneo, bien podría decirse que SER CATÓLICO Y VOTAR APRUEBO ES UNA CONTRADICCIÓN HASTA BIOLÓGICA. Así de simple. Y eso queda más que manifiesto a causa de la verdadera catástrofe de esta tarde, cuando cientos de orcos comunachos sembraron el caos en el sector de Plaza Baquedano, y quemaron dos templos católicos: la Iglesia San Francisco de Borja y la Iglesia de la Asunción, ambos edificios de carácter histórico y patrimonial. Y en los dos casos, se trata de pérdida total del inmueble. El daño causado por esos malditos pelafustanes es total e irreparable. 


Este demencial ataque de carácter terrorista es parte de la "conmemoración" que la ultraizquierda hace a un año del comienzo del Estallido Antisocial en Chile, fecha macabra en la cual esa ya habían destruido más de una docena de estaciones del Metro de Santiago. Como católico, me da una pena y una impotencia tremenda ver cómo estos criminales pirómanos nos queman nuestros templos, y nadie hace nada para evitarlo. Total complicidad de parte de la clase política transversal, la cual en su afán por defender los Derechos Humanos de terroristas, le ordena a los carabineros no actuar sino que retirarse del lugar. Insólito.

Todo esto es parte de la previa al famoso Plebiscito de la próxima semana. Es increíble ver que Chile está ad portas de una guerra civil, y a los políticos oligofrénicos lo único que les importa es ese nefasto comicio que incluso podría dejar al país al borde de ser una República Chavista de carácter neomarxista, siempre y cuando gane el Apruebo y cambien la Constitución actual por un esperpento de ultraizquierda. Por eso mismo, mi llamado es a votar RECHAZO.

Hay que decirlo con todas sus letras: Ningún católico debería votar por el Apruebo (la opción de la ultraizquierda). Y eso es obvio, porque el Apruebo y los terroristas pirómanos son parte de lo mismo, son diversas estructuras de una misma maquinaria que busca una meta en común. El católico que vote y apoye el Apruebo, bien debería dejar de decirse "católico", pues con lo sucedido este domingo, en efecto puede asegurarse que esa persona estaría haciendo burla de su propia religión. Así de duro, y lo digo sin tapujos. E incluso, lo reitero por si a alguien no le quedó tan claro: Ser católico y votar por el Apruebo es una contradicción hasta biológica.

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