sábado, 10 de octubre de 2020

Para salvar a Chile, vota Rechazo

 Este domingo 25 de octubre será la votación más importante de las últimas tres décadas en nuestro país.


Chile vive horas claves. Lamentablemente, y luego de casi seis meses de una brutal Revolución Terrorista de ultraizquierda, y otro tiempo aún mayor de estragos a causa de la pandemia mundial de coronavirus, nuestro país está ad portas de algo aún más grave: entrar de lleno a la órbita del Neomarxismo, ya que si en este Plebiscito Constitucional del próximo 25 de octubre llegase a imponerse la opción "Apruebo", será el comienzo del fin. Sólo nos quedaría encomendarnos a Dios, y hacer todo lo posible para impedir una debacle nacional nunca antes vista. 

Incertidumbre. Esa es la palabra clave. Y los indicadores económicos ya vienen sintiendo el efecto de esa incertidumbre: recientemente la Bolsa de Chile se desacopló de las bolsas mundiales, las cuales han comenzado a experimentar los primeros brotes verdes tras la pandemia, pero en nuestro país todavía nada de nada.  La tríada letal provocada por el coronavirus, el terrorismo y el Plebiscito no trae buenos augurios, y eso se ha dejado sentir en forma indeclinable en nuestros índices macroeconómicos. Y eso seguirá afectando -aún más- los bolsillos de todos nosotros.

Lo que es más aterrador es que lo que la izquierda pretende es implantar una Constitución Neomarxista de carácter chavista. Ellos podrán decir lo que quieran, pero nadie puede negar lo innegable: no existe ninguna diferencia ideológica entre la izquierda neomarxista chilena y la izquierda chavista venezolana, por lo cual es perfectamente factible asegurar que el Frente Amplio y el Partido Comunista lo que en verdad desean es importar para nuestro país el mismo modelo fracasado y que ha generado el caos y la destrucción de Venezuela. Y el que quiera negármelo, que parta por decirme las diferencias ideológica entre ambas izquierdas (la chilena y la venezolana).

Las cosas hay que decirlas por su nombre: la clase política chilena es desastrosa, un esperpento. Pero si hay algo que ha hecho que las cosas en Chile hayan funcionado un poco mejor que en el resto de los países de la región, es esa gran Constitución Nacional que tenemos. Y lamentablemente ahora estamos a punto de perderla, y sólo por un capricho odioso de la izquierda. Es por eso que este 25 de octubre votaremos no sólo para salvar a nuestra Constitución: también será para salvar a Chile... porque el que se juega el futuro es Chile, y junto a él todos nosotros. Por eso y mucho más, yo votaré Rechazo.

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