El Estallido Antisocial que afectó a Chile entre octubre del 2019 y marzo del 2020 es parte de una encrucijada mucho más siniestra que nos tiene preparada la izquierda.
Nadie puede desconocer que el daño provocado al país por el Estallido Antisocial (o Revolución Terrorista de ultraizquierda) fue tremendo, e irreparable. O sea, casi nadie podría negar algo así, porque obvio que nunca faltarán los fanáticos que saldrán como talibanes a defender lo indefendible.
Sin embargo, el Estallido Antisocial provocado por los psicópatas pirómanos de la Primera Línea es sólo el principio de un engranaje mucho más intrincado, que busca el colapso total del país. Y ese colapso no sólo será desde el punto de vista de la Seguridad Pública, como hasta ahora lo ha sido la Revolución y todas las manifestaciones violentas que han aparecido durante los últimos días. También se busca una debacle económica e institucional, y por eso es que aparte de la Primera Línea (delictual), la izquierda también tiene preparada una Segunda Línea (política) e incluso una Tercera Línea (económica). Todas ellas obedecen a una sola ideología: el Neomarxismo.
Probablemente muchos de los oligofrénicos de la Primera Línea de carácter delictual y terrorista ni siquiera sepan que son neomarxistas, ni menos van a saber de esta intrincada red que actúa coordinadamente. No, porque esto sólo lo saben los cabecillas de este plan, pues los orcos de la Primera Línea sólo son las herramientas de la Segunda Línea, es decir no son más que el brazo armado y la carne de cañón de ésta.
La Segunda Línea entrará a la cancha con el Plebiscito, y probablemente ya esté en ella, haciendo por anticipado un bosquejo de la que podría ser la futura "Nueva Constitución" de carácter neomarxista-chavista. Y no sólo hay una Segunda Línea, sino que también una Tercera Línea, la cual apunta a derribar el poder comercial de los grandes círculos económicos que mueven las finanzas del país. Esta Tercera Línea es más abstracta que la anterior, y probablemente no está integrada por personas con nombre y apellido, sino que con leyes que se desprenderán a partir de la Constitución que está maquinando la izquierda. Dicho de otra forma, conceptos como expropiaciones y erradicar la propiedad privada serán los integrantes de ella, los cuales se verán camuflados en nombres mucho más inocuos como "nacionalizar" diversos productos, o bien "derechos de propiedad" (dándoles a unos y quitándoles a otros).
Como diría Pink Floyd, "Welcome to the Machine"... a la máquina de la ultraizquierda cavernaria, que desde el pasado 18 de octubre ya viene siguiendo paso a pase su plan de destrucción y debacle absoluta. Todo esto avanza sin control, y sólo de nosotros depende frenarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario