No deja de llamarme la atención lo bonitas que eran las construcciones de antaño, frente a lo horribles que son las actuales.
Hace un par de días pasé por una importante calle de Las Condes, y me llamó mucho la atención que una hermosa mansión que hasta hace poco funcionaba como colegio había sido demolida. En su lugar ahora había un hoyo, y probablemente después habrá un edificio. Es triste ver como Santiago poco a poco va perdiendo su patrimonio arquitectónico, y en su lugar es reemplazado por edificaciones cada vez más horrendas.
Sin dudas que las construcciones de hace un siglo atrás eran muchísimos más bellas que las actuales, de eso no cabe ninguna duda. Y me queda más que demostrado al ver -por ejemplo- el bosquejo de la imponente Parroquia del Santísimo Sacramento o Iglesia Sacramentinos de Santiago (en la foto). En esa época, se usaban estilos arquitectónicos maravillosos, como lo son el neobizantino (en el caso puntual de este templo), pero además otros como el neogótico o el neoclásico. En cambio, en la actualidad el único factor para construir es el factor económico y la parte funcional: lo estético ya casi no importa.Los arquitectos de antes sabían de arte; los de ahora sólo de lo que es práctico o no. Eso es evidente. Pero mi pregunta es: ¿a qué se debe esto? ¿acaso el arte ahora es mucho menos valorado que antes?
Es triste ver como de a poco nuestras ciudades se van afeando, y nadie hace nada para revertir esta lamentable e inexorable tendencia. Afortunadamente, aún tenemos edificaciones como la majestuosa Iglesia Sacramentinos, un monumento a la época victoriana de nuestra arquitectura criolla. Sin embargo, me encantaría que se siguieran haciendo construcciones similares, con cúpulas y columnas, tal como eran los palacios y las catedrales de antaño. Soñar no cuesta nada.
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