Fernando Atria llega para reforzar el conglomerado de ultraizquierda, con la clara intención de ser el abanderado presidencial de dicho sector político.
Nadie sabe para quien trabaja. Tal como en el popular juego de naipes, los diversos estrategas políticos de nuestro país juegan sus cartas mirando de reojo la futura elección presidencial de diciembre del 2021. En esta oportunidad, es el abogado Fernando Atria el que mueve el tablero, al integrarse al Frente Amplio.Por un lado, lo veo como un acto veraz de su parte, porque al fin transparentó su ideología. Esa chapa de "abogado independiente" no se la creía nadie, en cambio ahora formando parte del conglomerado de ultraizquierda neomarxista queda mucho más en evidencia cuáles son sus verdaderas intenciones. Claro que su arribo es con marraqueta bajo la manga, pues llega al Frente Amplio de la mano de su partido instrumental llamado Fuerza Común (otro nombre de fantasía para camuflar a un grupo de neomarxistas, como ya es habitual en ellos).
¿Qué busca el señor Atria en el Frente Amplio? De partida, visibilidad. Además, sincera un poco más su postura. Pero lo más importante: quiere transformarse en el abanderado presidencial del conglomerado, tratando de construir una futura candidatura sobre los cimientos del cadáver político de Beatriz Sánchez, la cual definitivamente se viene desinflando desde hace meses.
Así es como el Frente Amplio suma al Amplio de Frente, un ideológo e intelectual que tal vez no sea capaz de mover las masas como lo hacía doña Beatriz Sánchez. Pero al menos Fernando Atria -personaje inteligente pero a la vez siniestro- posee todo lo que no tenía una candidata vacía y carente de contenido como lo era la señora Sánchez.
¿Será bueno o malo para sus pretensiones esta jugada? Eso sólo el tiempo lo dirá, pero sólo puedo asegurar una cosa: si es bueno para él, es malo para Chile... y viceversa.
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