viernes, 10 de julio de 2020

Un padre debe hablarle de política a su hijo

Hoy en día el nivel de adoctrinamiento ideológico de izquierda y ultraizquierda en colegios y universidades es brutal. 
Paremos el Comunismo.

Qué duda cabe. Uno de los mayores culpables de la reciente Revolución Terrorista (o Estallido Antisocial) que afectó a Chile hace algunos meses atrás fue el nivel brutal de adoctrinamiento político de izquierda y de ultraizquierda que a diario reciben miles de niños y jóvenes en diversos colegios y universidades a lo largo y ancho del país. Eso a estas alturas ya resulta evidente.

Es por eso mismo que creo que, hoy en día, un padre que no comulga con esas ideas está prácticamente obligado a hablarle de política a su hijo o hija, antes de que sea otro quien lo haga... y que de seguro intentará orientarlo hacia la ideología de izquierda. Es impresionante y terrible el número de profesores que adhieren al Comunismo, al Socialismo y al Neomarxismo en Chile, y por eso mismo es que en la actualidad el progenitor que es de derecha debe tomar sí o sí un rol muchísimo más activo y presente en la formación integral de su niño o niña.

A modo de cuestionamiento, me pregunto: ¿cuántas personas de derecha hay que hoy en día sus hijos o nietos son de izquierda, y que defienden o justifican a los terroristas y pirómanos que han causado el caos en Chile por motivos ideológicos? En verdad muchos. Y hay que decirlo con todas sus letras: esas personas son más bien parte del problema que de la solución. Si esos padres o abuelos fueron incapaces de traspasar las ideas de derecha a su descendencia, es porque algo hicieron mal como padres o abuelos. Porque la Educación de un joven no sólo es que aprenda a sumar, leer y restar: también implica que aprenda a discernir cuando algo es bueno y cuando es malo, que aprenda a ver lo perversa que puede ser una ideología que promueve el terrorismo incendiario como herramienta para conseguir sus objetivos políticos... y eso en la vida como ciudadano puede incluso llegar a ser para ese niño tanto o más valioso que convertirse en un virtuoso en las sumas o en las restas.

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