La situación en Chile Vamos ya no da para más, y la votación de este miércoles 8 de julio en el Congreso fue la gota que rebalsó el vaso. Con sufragios de toda la bancada de izquierda más trece de los traidores de la UDI y de RN (partidos oficialistas) se aprobó en primera instancia el retiro del 10% de los fondos de las AFPs. Este resultado puede sonar bonito para quienes lo ven desde la óptica de la demagogia, pero en la práctica traerá perjuicios lamentables a los fondos de pensiones de millones de compatriotas.
Votación en plena pandemia. |
Es triste ver cómo nuevamente la coalición de centroderecha cae de rodillas ante la demagogia izquierdista. Se perdió la decencia, y peor aún: se perdió la valentía de luchar para defender nuestras propias ideas, ya que por tratar de agradarle a los más vociferantes se afectará a las pensiones de millones de chilenos, y especialmente de las personas más pobres, ya que ellos son los que menos fondos poseen en las AFP (administradoras de fondos de pensiones). Y no me vengan ahora con esos cálculos ridículos que hace la Fundación Sol para justificar lo injustificable, ya que esa organización de operadores políticos es la misma porquería que Gamba, pero sin los garabatos.
Seamos francos: este martes se pudo ver que Chile Vamos colapsó y se fracturó en dos: los que realmente quieren defender las ideas de derecha, y los que se inclinan ante las propuestas demagógicas de la ultraizquierda. Comentario aparte para el gobierno del presidente Piñera, que ni siquiera fue capaz de alinear a los parlamentarios de su propio sector. Todo mal.
A estas alturas, creo que lo más sensato es sincerar el discurso, y admitir que ha llegado el momento de que sea el Partido Republicano de José Antonio Kast el que tome la batuta dentro de la derecha. Y mientras tanto, que Chile Vamos se dedique a ver si algún día reencuentra la brújula perdida.
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