Siempre he dicho y lo voy a sostener todas las veces que sea necesaria: El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) es una entidad ideológicamente oscilante, que suele adecuar su discurso dependiendo de quienes sean los afectados por diversos hechos de violencias o injusticias. Es más: creo que este organismo desde su formación ha sido usado en forma sistemática como un instrumento político por parte de la izquierda, y por eso mismo ni siquiera debería existir.
Sergio Micco en El Mercurio. |
Una vez aclarado este punto, vale la pena destacar una frase brillante y muy cierta que esbozó Sergio Micco (director del INDH) durante una entrevista en el diario El Mercurio: "No hay derechos sin deberes". Estas palabras que para muchos nos parecen demasiado obvias, resulta que para la izquierda más ultra no son tan obvias, y de hecho representan una verdadera afrenta para su rígida y nefasta ideología.
En política no puede haber derechos sin deberes, por algo somos ciudadanos que vivimos en sociedad, donde cada uno merece derechos, pero tiene el deber moral de cumplir con ciertos deberes, porque nada es gratis en la vida. Ya lo decían sabios como Mahatma Gandhi: "En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos, pero recordarles que también hay deberes y responsabilidades es un acto que no solamente corresponde a los políticos" o el filósofo Henri Dominique Lacodaire: "Hombre justo y honrado es aquel que mide sus derechos con la misma regla de sus deberes". Algo similar alguna vez arguyó el politólogo francés Félicité de Lamennais: "El derecho y el deber son como dos palmeras, pues no dan frutos si no crecen uno al lado del otro".
Actualmente las masas violentistas y los ideológos que las manejan se dedican a hacer apología solamente de los derechos, olvidando por completo los deberes. Esa mentalidad fue uno de los pilares fundamentales de quienes gestaron la Revolución Terrorista del Octubre Rojo en Chile, pues son gente que sólo se dedicaba a pedir y a exigir, dejando totalmente de lado sus deberes como ciudadanos. El deber de cuidar y preservar el orden público, o el deber de respetar la premisa que los derechos propios terminan donde empiezan los derechos del otro son dos conceptos que al parecer cada vez están más en desuso. Por eso mismo que es importante desempolvar esos preceptos y hacerlos vigentes una vez más, sobre todo en el contexto del mundo actual, donde todos claman por derechos pero se olvidan que también existen los deberes.
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