viernes, 1 de mayo de 2020

Los falsos líderes mapuche: Una daga directo al corazón del glorioso pueblo araucano

El legado maravilloso pueblo mapuche, orgullo eterno de nuestra tierra, fuente inspiradora de "La Araucana" -el sublime y eterno poema épico de Alonso de Ercilla- se ve hoy mancillado violentamente por terroristas de ultraizquierda que ensucian el nombre de los descendientes de Lautaro y Caupolicán para ensalzar sus acciones cobardes y cavernarias, motivadas por la peor de todas las ideologías de la Historia: el Comunismo (hoy en día camuflado como Neomarxismo).
Terroristas disfrazados de mapuche.

Realmente es una pena ver como día tras día, terroristas y psicópatas pirómanos de ultraizquierda cometen delitos horribles en contra de la propiedad privada en las zonas rurales de La Araucanía, y dicen hacerlo en nombre del pueblo mapuche... ¿Puede haber algo más ofensivo para los mapuche que un terrorista les adjudique atentados dignos de personas mentalmente retorcidas?

Lo más asqueroso de todo esto es ver cómo estos falsos líderes se atribuyen para sí mismo la representación de todo el pueblo mapuche. Qué horrible debe ser para alguien que se sienta orgulloso de la cultura araucana el poder ver que en donde antes se hablaba de la astucia de Lautaro, el temple de Galvarino y la fortaleza de Caupolicán, hoy en día se relatan los delitos de la CAM (Coordinadora Arauco-Malleco), de la flojera de Aucán Huilcamán, del prontuario de Celestino Córdova, de la patología mental de Francisca Linconao, o de la crueldad sin límites del desquiciado Héctor Llaitul.

Fuerza a los mapuche, al glorioso pueblo mapuche... pero a los mapuche de verdad: al agricultor de su tierra, al padre de familia, al labrador veterano que se le infla el pecho cuando le cuenta a sus nietos los relatos mitológicos del Pillán y del Piuchén. Pero al terrorista que se camufla de mapuche, no hay más que condenarlo y repudiarlo, no sólo por sus delitos sino que también por enlodar el nombre de una cultura que desde tiempos inmemoriales ha sido uno de los patrimonios intangibles más sagrados de nuestro país.

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