Cuando uno discute de política, es muy habitual que los izquierdistas nos traten a los de derecha como "fascistas", o bien como "fachos". Cada vez que ellos en su dialéctica vaga y errática están acorralados, apelan a usar este comodín. Sin embargo, nada hay más lejano a la realidad que relacionar al Fascismo con el modelo político y económico que define a la derecha.
"Fascismo" a la chilena... |
De partida, hay que partir diciendo que a la derecha política la define el modelo económico que defiende, es decir el Neoliberalismo, o bien su derivado directo que es la Economía Social de Mercado (a partir del Estado Subsidiario). Dicho esto, no es difícil inferir que este concepto es diametralmente opuesto al esquema estatista y corporativista que mostraba el Fascismo. No hay nada más distante al Fascismo que la ideología neoliberal de la Derecha.
Complementando la idea, hay que decir que el Fascismo es un movimiento que no es ni de izquierda ni de derecha, sino que trata de ser una tercera vía. Sin embargo, al ser estatista y corporativista, es muchísimo más cercano a la izquierda que a la derecha.
Etimológicamente, Fascismo lleva esa denominación en alusión a la Fasces, que era un símbolo del poder militar de los antiguos etruscos, y que con posterioridad fue adoptado como emblema del propio Imperio Romano. Es decir, el Fascismo es un movimiento propiamente italiano del siglo XX, cuando Benito Mussolini quería que su nación recuperara la grandeza que alguna vez ostentó la Roma Imperial. Si bien a veces se habla de Fascismo en España o en América Latina, la palabra en sí hace referencia a la Italia de Mussolini. Por ende, usarla para cualquier otro contexto histórico y geográfico resulta al menos ridículo.
Sin embargo, vale la pena destacar que en algunos lugares fuera de Italia sí se veneró al Fascismo y se le trató de imitar. Casos emblemáticos son el pseudo Fascismo español de Francisco Franco, o bien en Chile el Partido Socialista, cuyos militantes a mediados del siglo XX hasta se vestían como los camisas pardas del Fascismo italiano. De hecho, si hablamos de "facho criollo", uno de los principales exponentes era el propio Salvador Allende: sí, la misma vaca sagrada que la izquierda chilena tanto venera.
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