Buick LeSabre visto por detrás. |
Históricamente, desde su fundación en 1899, Buick siempre ha funcionado como una de las marcas premium y de alta gama dentro de esa mega compañía que es General Motors. Numerosos modelos han marcado generaciones bajo el alero de Buick, por mucho que actualmente esta automotora esté de capa caída y sólo se confinada a las ventas en Estados Unidos y Canadá.
Desde su creación, Buick siempre se caracterizó por fabricar vehículos de grandes carrocerías y con motores potentes. Pero dentro de ellos, tal vez ninguno fue más rupturista que el LeSabre de 1951, un peculiar auto semideportivo que inspiró su forma en los aviones de combate, sobre todo en lo que respectaba a su parte trasera (con una luz de frenado que simulaba una turbina de propulsión a chorro).
Si bien el Buick LeSabre de 1951 sólo fue un auto conceptual que nunca llegó a comercializarse, en la actualidad figura como una de las joyitas más apetecidas para cualquier coleccionista tuerca. Este bólido V8 poseía un motor de 3.5 litros que brindaba la no despreciable potencia de 335 caballos de fuerza. Pero dentro de todas sus cualidades, lejos lo más llamativo era su aspecto exterior, al cual se le atribuye nada menos que haber fomentado la carrera espacial, o al menos haber ido de la mano con ella. Tal vez ningún otro automóvil haya estado tan a medio camino entre lo que eran el coche y el cohete como lo estuvo el impresionante Buick LeSabre´51, siendo éste un motivo más que suficiente para catapultarlo como una verdadera leyenda dentro del rubro automotriz a nivel mundial.
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