Uno de los once tipos de Plesiadapis. |
Hace unos 55 a 58 millones de años existió en lo que hoy en día son Europa y Norteamérica un animalito muy peculiar, mezcla perfecta entre un lémur y una ardilla, llamado Plesiadapis. Si bien este mamífero prehistórico tenía rasgos de esos dos seres actuales, en realidad perteneció a un orden distinto: al de los plesiadapiformes, los cuales eran parientes lejanos de los primates.
Esta criatura primitiva existió durante el Paleoceno y el Eoceno. Su principal característica morfológica era su enorme cola, la cual era un incluso desproporcionada en relación al resto de su frágil cuerpo. Poseía garras muy afiladas, y ojos laterales. Esta última característica ha hecho a los investigadores pensar en la posibilidad que el Plesiadapis pasaba más tiempo sobre tierra firme que en las ramas de los árboles, aunque también es probable que haya usado el follaje para camuflarse y protegerse del posible ataque de predadores salvajes.
A diferencia de muchas otras criaturas prehistóricas, donde un género estaba compuesto de una sola especie tipo, el caso del Plesiadapis es muy distinto: hasta el momento, la Ciencia ha logrado identificar al menos once especies distintas de Plesiadapis, todas familiarizadas entre sí.
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