domingo, 27 de octubre de 2019

Chilesaurus: El dinosaurio chileno por antonomasia

Esta extraña criatura fue un verdadero eslabón perdido de la Paleontología a nivel mundial. Era uno de los pocos terópodos herbívoros, y además poseía inusuales características de ornitisquios y de saurópodos. 
El eslabón perdido.

En Chile existieron dinosaurios, aunque mucho menos que en Argentina. Sin embargo, el país más austral del mundo puede jactarse de haber contado con el que es considerado el verdadero eslabón perdido para cualquier paleontólogo, como lo es el inaudito Chilesaurus, un extraño reptil del Jurásico superior, el cual además fue uno el único ciento por ciento chileno.

Considerado un género por sí sólo, este grupo cuenta con una sola especie tipo: el Chilesaurus diegosuarezi, animal extinto descubierto en la región de Aysén (en el año 2004) por un niño de nombre Diego Suárez.

Se ha logrado determinar que este insólito animal existió hace unos 150 millones de años. Su tamaño era más bien reducido, ya que fue un poco más alto que un perro grande, pero de largo medía 3,2 metros desde la cabeza hasta la punta de la cola. Su cabeza era grande en relación a su cuello, y tenía un hocico más parecido al de una tortuga que al que habitualmente poseían los terópodos. De hecho, esa es una de las grandes particularidades de esta pequeña bestia: el Chilesaurus fue uno de los pocos terópodos herbívoros, sitial que solamente comparte junto al Therizinosaurus (aunque también podría agregarse al listado el dudoso Troodon, que era omnívoro).

Sin embargo, la principal cualidad de este enigmático terópodo no cazador fue su inexplicable anatomía, única y distinta a la de cualquier otro dinosaurio conocido. Si bien era un terópodo bípedo, tenía características morfológicas de al menos otros dos grupos de dinosaurios, algo nunca antes visto: los huesos de su pelvis tenían una disposición similar a los del clado de los ornitisquios, y además en sus patas delanteras poseía uno de sus dedos muy parecido al de los gigantes saurópodos. Otra gran diferencia con el resto de los terópodos es que en sus patas traseras tenía cuatro dedos, mientras que sus parientes lejanos sólo contaban con tres garras. Todo esto, da para concluir que -si bien los dinosaurios más bravos, grandes y feroces hacían de las suyas en Norteamérica y en Argentina- el dinosaurio más raro del mundo existió y habitó en Chile.

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