Se estima que hacia fines del Cretácico existió un ser que sin dudas estaba hecho para capturar, desgarrar y devorarse a otros: el Austroraptor cabazai. Su cráneo de 80 centímetros denota una anatomía casi similar a la de los cocodrilos actuales, pero también muy parecida a la de los temibles spinosaurios. En ese aspecto, evidente era su verdadero arsenal de afilados colmillos, hechos para cercenar a toda clase de víctimas.
Un cazador infalible |
La estructura ósea del Austroraptor hace suponer que fue un pariente cercano de los velociraptor, pero con la extraña salvedad que tenía el rostro de un cocodrilo. Al igual que su cercano pariente corredor, es factible que este reptil haya tenido el cuerpo cubierto de plumas y escamas, y a la vez haya sido un verdadero atleta a la hora de correr para enfrentarse al oponente.
El austroraptor vivió en el sector más austral del megacontinente Godwana, en lo que actualmente es Argentina, debido a lo cual fue bautizado por su nombre que significa "ladrón del sur". De seguro este carnívoro no sólo cazaba, sino que también se las ingeniaba para robar huevos de los nidos de otros dinosaurios, tal como alguna vez también lo hiciera el experto oviraptor.
Hasta donde se ha podido determinar, el austroraptor midió no menos de seis metros de largo, y es probable que haya sido uno de los representantes más grandes de su familia en todo el hemisferio sur: el temible clan de los dromaeosáuridos.
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