En el 2006 se descubrió a "Ming", un ejemplar de almeja que fue el verdadero abuelo de los animales existentes en el mundo: murió a los 507 años, lamentablemente mientras se le sometía a exámenes para comprobar su antigüedad. Su impresionante registro logró ser equiparado en parte al constatarse que la ballena boreal era capaz de vivir hasta los 211 años: hasta ahora, ese era considerado el animal cordado más viejo del orbe.
Sin embargo, recientemente la ciencia logró determinar que existe otro animal que en la práctica duplica la ya notable marca de la ballena boreal: el tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus), el cual pulveriza el récord del cetáceo con una expectativa de vida que supera los 400 años. Es decir, los ejemplares más longevos de esta amenazada especie marina ya estaban vivos cuando Galileo Galilei inventaba el telescopio, o cuando en el Sur de Chile se desarrollaba la histórica "Guerra de Arauco".
El "anciano" de los mares |
Otra de las asombrosas curiosidades de esta sorprendente especie es que estos individuos alcanzan su madurez sexual recién a los 150 años. Es decir cuando la gran mayoría de los animales ya han muerto, recién ahí estos escualos pueden ser capaces de reproducirse.
Lo desafortunado del caso es que estos animales se encuentran bastante amenazados por la siempre nefasta pesca de arrastre. Es por esto que de más está decir que hay que hacer un llamado a proteger a estos peces extraordinarios, los cuales aparte de longevos también son verdaderos fósiles vivientes por otro factor no menos impresionante: existen en los mares desde el lejano período Devónico, es decir hace unos 350 millones de años. Si los humanos no aprendemos a cuidarlos, de nada les habrá servido a ellos alguna vez haber ostentado el récord de ser el segundo animal más viejo del mundo...
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