domingo, 1 de marzo de 2015

El Estado Chileno debe dejar de ser una vil agencia de empleos

¡Nepotismo!
Qué vergüenza da ver cómo los que más hablan de "equidad" y más critican a "los poderosos de siempre", al final terminan codeándose con los magnates y haciendo oídos sordos a las verdaderas necesidades de la gente. Desde un tiempo hasta esta parte, los gobiernos de Chile han transformado al Estado en una verdadera agencia de empleos para buscarle un trabajo con excelentes remuneraciones a sus partidarios, parientes y amigos, ¿pero y de la gente que tiene capacidades pero nada de contactos? Ellos no existen para la clase política. Si bien esta lamentable tendencia fue habitual en tiempos de la Concertación e incluso de Piñera, en este último gobierno de Bachelet se ha incrementado en forma dramática.

Mirando esto, no deja de llamarme el deleznable despilfarro estatal, en donde se inventan cargos (que son totalmente prescindibles) solamente para darle trabajo a gente del partido oficialista de turno. Así, no es raro ver cómo se le terminan pagando sueldos grotescos de varios millones de pesos mensuales a asesores que en la práctica se la pasan todo el día detrás de un escritorio sin hacer nada. Lamentablemente, el Estado Chileno se ha transformado en un monumento a la burocracia y al nepotismo, y nadie del mundo político alza la voz al respecto.

¿Qué solución doy a todo esto? Lo primero debería reducir drásticamente el tamaño del Estado, sacando a todos los cargos que no sean imprescindibles. Con esto se terminaría con todo ese derroche fiscal pudiéndose destinar muchos de esos recursos a quienes realmente lo necesitan: ¿Dónde quedó el rol social del Estado? Al parecer, tanto la derecha, pero sobre todo la izquierda, se olvidaron de él. Pero esa no sería la única modificación que haría, ya que lo siguiente sería acabar con los megasueldos que se le pagan a los funcionarios públicos en nuestro país. Al respecto, mi propuesta es bastante clara: ningún funcionario estatal debería de tener un sueldo que sea mayor de diez veces el sueldo mínimo... y al que no le parezca bien, simplemente es porque no tiene vocación de servicio público.

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