Los
primeros pinos navideños como se conocen actualmente datan del año 1605. Sin
embargo, se sabe que sus orígenes están varios siglos antes, gracias a la
influencia de los pueblos germanos
El Pino de Pascua data de siglos |
Durante las fechas de fin de año, es muy habitual ver un árbol navideño en cada hogar para festejar esta fecha tan importante. Pero, ¿de dónde y desde cuando proviene esta tradición? Según la bibliografía, ya en el año 1605 hay evidencias de pinos navideños adornados para alegrar las frías noches invernales en el norte de Alemania. Sin embargo, otros documentos aseguran que en el siglo XVI ya se juntaban las familias nórdicas en torno a un pino durante la “Noche Buena” para conmemorar este acontecimiento.
De todas formas, el origen de este símbolo no está en esa fecha, sino que se remonta a varios siglos antes. Originalmente, eran los pueblos germanos politeístas los que para celebrar a sus diversas deidades acostumbraban sacralizar los elementos de la naturaleza, siendo una de esas actividades ornamentar algún pino. Además, justamente para “molestar” a los cristianos, solían hacerlo en fechas cercanas a la Navidad, para así ostentar las creencias en sus propios dioses.
Esta costumbre de adornar los árboles en honor a su panteón también fue muy frecuente entre los vikingos, quienes a su árbol divino le pusieron Idrasil (Árbol del Universo), cuya copa representaba el Valhala (salón majestuoso donde estaba Odín) y el Asgard (la ciudad celestial), mientras que las raíces encarnaban al lúgubre Helheim (el Reino de los Muertos). Sin embargo, con el avanzar del Cristianismo por Europa, los pinos en período de Navidad ya no eran para conmemorar a Odín o Thor, sino que a Cristo.
De todas formas, pese al sentido más cristiano que pagano de los pinos de
Pascua, la ornamentación se mantuvo más o menos similar, a la cual después se
le agregaron los regalos como una forma de representar en los niños a Jesús. Es
así como esta costumbre que data de los siglos VI y VII se ha logrado conservar
hasta nuestros días, manteniéndose tan vigente como hace más de quinientos
años.
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