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El camaleón cambia de color |
Los camaleones son criaturas que existen en la Tierra desde principios del Jurásico, y sus insólitas facultades de cambiar de color le han hecho ganarse un lugar privilegiado en la mitología popular. De hecho, no es casualidad que muchas veces estos saurópsidos aparezcan como protagonistas de fábulas, siempre compartiendo características comunes, vinculadas con su habilidad de mimetizarse y con su aspecto físico: son criaturas lentas, misteriosas, astutas, pero a la vez muy poco confiables.
Pese a ser profundamente conocidos por todos, hasta ahora no se sabía mucho de uno de sus misterios más enigmáticos: su coloración cambiante. Científicos de Madagascar (el lugar donde más variedades de estos reptiles existen) descubrieron que su cambio de coloración no es sólo una forma de camuflarse, sino que también es el mecanismo que usan para comunicarse con sus pares.
La tonalidad de un camaleón da a conocer su estado de ánimo, y también la forma en como percibe al entorno, e incluso si está o no en peligro. Los individuos más brillantes serán más vitales y dominantes, pudiendo así intimidar a los invasores, y lo más importante: atraer a las hembras. De esta forma, se determinó que cuando un camaleón se pone negro es porque está asustado, y el gris es cuando se ve sumiso ante otro que lo supera en tamaño o destreza. A su vez, cuando uno de estos animales está rojizo o amarillo, es porque se predispone a atacar.
Si bien el macho presenta coloraciones relativas a su autodefensa o a su afán por encontrar una pareja para copularse, la hembra cambia la tonalidad y se pone de colores llamativos cuando se apresta a rechazar a un macho o bien cuando está cuidando sus huevos. Claro: en ambos casos se trata de situaciones muy
extremas que la hacen estar más alerta ante lo que pudiera suceder.
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