domingo, 25 de agosto de 2024

Chile en tiempos de estancamiento: La urgencia de una visión económica integral

La actual reforma tributaria, heredada del gobierno de Michelle Bachelet y diseñada por Gonzalo Arenas, es un ejemplo de cómo las malas decisiones políticas pueden influir negativamente en el clima de inversión.

Gabriel Boric.
Chile se encuentra atrapado en una preocupante situación de estancamiento económico que, bajo la administración del Presidente Gabriel Boric, parece intensificarse. Las cifras no son alentadoras: la inversión, medida a través de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), ha experimentado una brutal caída del 4,1% en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. Este abismante retroceso en la inversión, que ha encadenado cuatro trimestres consecutivos de contracción, refleja un problema estructural que va más allá de las fluctuaciones económicas coyunturales.

De esta forma, el marco jurídico y regulatorio, así como las decisiones políticas, juegan un rol crucial en la reactivación de la inversión. Sin embargo, el gobierno actual, al igual que sus predecesores, parece no haber logrado consolidar un entorno que favorezca un crecimiento económico sostenido. La actual reforma tributaria, heredada del desastroso segundo gobierno de Michelle Bachelet y diseñada por el incompetente ministro Alberto Arenas, es un ejemplo de cómo las malas decisiones políticas pueden influir negativamente en el clima de inversión. Aunque esta reforma fue concebida con la intención de aumentar la recaudación fiscal y mejorar la equidad, sus efectos han sido ambiguos, generando una profunda incertidumbre y desincentivando la inversión privada.

Una economía que se niega a crecer

El estancamiento de la inversión es una señal de alerta grave para el crecimiento de mediano y largo plazo de Chile. Como señaló la economista Natalia Aránguiz, la baja inversión es una "fuerte alarma" que impide alcanzar tasas de crecimiento entre el 3% y 3,5%, necesarias para la creación de empleo y la mejora del ingreso de las personas. Sin una recuperación sólida de la inversión, es muy poco probable que el país pueda romper con la inercia del estancamiento y avanzar hacia un futuro de mayor prosperidad.

La situación se agrava cuando consideramos que, aunque el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha solicitado al Congreso que avance más rápidamente en la tramitación de proyectos que podrían estimular las inversiones, estos esfuerzos parecen insuficientes. La reactivación de la inversión requiere mucho más que decisiones económicas aisladas; necesita un marco jurídico estable, instituciones fuertes, y un compromiso político decidido. Y hasta ahora, da la impresión de que el único compromiso político de parte de la actual administración es a tratar de aumentar los impuestos, sea como sea posible. Es imprescindible reducir la burocracia, mejorar el sistema de permisos y autorizaciones, reducir los impuestos, terminar con las contribuciones, y promover la innovación productiva y el capital humano.

Además, es fundamental que se genere un nuevo mecanismo de entendimiento entre el Gobierno, la oposición, los agentes privados y la sociedad civil. La reactivación económica de Chile no puede depender únicamente de la voluntad del Gobierno, la cual a veces da la impresión de que parece ser nula. El resurgimiento de la economía nacional debe ser el resultado de un esfuerzo transversal que involucre a todos los sectores de la sociedad. Sólo con una visión integral y colaborativa se podrá revertir el estancamiento actual y asegurar un crecimiento económico sostenido en el futuro.

La inversión es clave para recuperar la senda perdida

En conclusión, Chile enfrenta un desafío monumental: superar el estancamiento económico que amenaza con perpetuarse si no se toman las decisiones adecuadas. La inversión, clave para el crecimiento a largo plazo, necesita un entorno propicio que sólo puede lograrse con un marco jurídico y regulatorio claro, instituciones sólidas, y un compromiso político real. El gobierno del Presidente Gabriel Boric, y todos los actores políticos y sociales, deben asumir su responsabilidad y trabajar juntos para construir un futuro económico más prometedor para Chile. Pero ese debe ser el único norte, no seguir poniendo más ripios a la economía, tal como ha sucedido hasta ahora. 

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