miércoles, 12 de octubre de 2022

"Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él"

 Carta de San Pablo a los Gálatas 5,18-25.


Hermanos:

Si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.

Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje,

idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones

y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios.

Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza,

mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está de más,

porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos.

Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él.

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