jueves, 15 de septiembre de 2022

«Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos»

 Salmo 31(30),2-3a.3bc-4.5-6.15-16.20.


Yo me refugio en ti, Señor,

¡que nunca me vea defraudado!

Líbrame, por tu justicia;

inclina tu oído hacia mí

y ven pronto a socorrerme.


Sé para mí una roca protectora,

porque tú eres mi Roca y mi baluarte:

por tu Nombre, guíame y condúceme.

Sácame de la red que me han tendido,


porque tú eres mi refugio.

Yo pongo mi vida en tus manos:

tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

Pero yo confío en ti, Señor,


y te digo: «Tú eres mi Dios,

mi destino está en tus manos.»

Líbrame del poder de mis enemigos

y de aquellos que me persiguen.

¡Qué grande es tu bondad, Señor!


Tú la reservas para tus fieles;

y la brindas a los que se refugian en ti,

en la presencia de todos.

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