viernes, 2 de septiembre de 2022

Cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda

 Carta I de San Pablo a los Corintios 4,1-5.


Hermanos:

Los hombres deben considerarnos simplemente como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.

Ahora bien, lo que se pide a un administrador es que sea fiel.

En cuanto a mí, poco me importa que me juzguen ustedes o un tribunal humano; ni siquiera yo mismo me juzgo.

Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor.

Por eso, no hagan juicios prematuros. Dejen que venga el Señor: él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y manifestará las intenciones secretas de los corazones. Entonces, cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.

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