sábado, 16 de julio de 2022

¿Y si gana el Rechazo?

Las últimas encuestas vienen pronosticando un triunfo en el Plebiscito de parte del Rechazo: algo que habría sido impensado hace un año atrás. 

Rechazo por Chile.
Luego del lapidario triunfo del Apruebo en el Plebiscito de Entrada (donde esa opción sacó el 78% de los votos), nadie en ese entonces imaginó que un año más tarde iba a ser el Rechazo el que lideraría las encuestas. Sí, es cierto que yo dije en este mismo blog que el Plebiscito de Salida iba a ser distinto, porque ahí la ultraizquierda tendría que defender su propio borrador constitucional, es decir tendría que enfocarse en respaldar un texto concreto y no un ente imaginario (como fue en el plebiscito anterior). Así que en ese sentido, al menos en algo le acerté esa vez: el plebiscito de salida sería muchísimo más ajustado que el de entrada, ya que la izquierda pro-terrorismo tendría que defender una propuesta ya materializada.

En ese sentido, la Convención Constituyente (formada mayoritariamente por políticos de izquierda y de ultraizquierda) pecó de arrogancia y soberbia, porque creyó que tras lograr el 78% de los votos en el plebiscito de entrada tenía derecho a hacer todo lo que ellos quisieran, y que nadie les criticaría nada sus polémicas determinaciones ni sus teatrales y ridículas puestas escénicas. Y se equivocaron. Ese desprecio hacia quienes pensaban distinto terminó por pasarles la cuenta, y así se los han hecho sentir las encuestas.

Si bien me cuesta pensar que en un año el electorado chileno se haya puesto mucho más inteligente que lo que fue en el plebiscito de entrada, al menos me da la impresión de que muchos abrieron los ojos. El borrador constitucional (conocido como "el mamarracho" en las redes sociales) resultó ser brutal y espantoso: plagado de ideología neomarxista, de odio, de resentimiento, y además contó con el error estratégico de plantear la existencia de ciudadanos de primera y de segunda clase, favoreciendo a los chilenos de los pueblos indígenas por sobre todo el resto de quienes también somos chilenos. 

Es por eso que el Rechazo comenzó a hacerse transversal, convocando incluso a importantes políticos que siempre estuvieron identificados con la izquierda y la centroizquierda, y dejando de pertenecer sólo a la derecha. En cambio, el Apruebo se fue acorralando cada vez más hacia la izquierda, y hoy en día su núcleo principal está en quienes son simpatizantes del Partido Comunista, Partido Socialista, Frente Amplio, y de la ultraizquierda pro-terrorismo. Dicho de otra forma, da la impresión de que el Rechazo es mucho más que la derecha, y que hoy en día el Apruebo es mucho menos que la izquierda. Si eso alcanza o no para cantar victoria en las urnas, es algo que sólo se verá después del plebiscito del 4 de septiembre. 

¿Y qué hay que hacer si gana el Rechazo? Aparte de celebrar, habrá que pensar en forma estratégica. Ahí es donde habría que empezar a dar la pelea desde el primer día. El gobierno de Gabriel Boric ya parece estar enfocado de lleno en repetir la tortuosa y traumática experiencia de una Convención Constituyente si pierde su Apruebo, y al respecto hay que ser súper claro: nunca más una nueva Convención Constituyente... o no al menos una que cuente con todas las atrocidades con que tuvo la que redactó el actual proyecto de la nueva Constitución. Yo soy de la idea que si se hace una nueva Convención Constituyente, ésta debe ser conformada sólo por personas expertas en temas jurídicos y/o constitucionales, además debe ser sin cuotas por sexo ni por raza, y también debe ser sin falsos independientes. Es decir, tiene que evitar contar con los tres principales horrores que le dieron forma a la reciente Convención. 

Sin embargo, para mí esta debe ser la última alternativa. Soy mucho más de la idea que sea el actual Congreso Nacional el que redacte un nuevo texto constitucional, utilizando como base el quórum de los 4/7 para cambiar el texto de la Constitución que ya existe en nuestro país. Eso me parece mucho más racional que repetir una vez más la demencial experiencia de tener que pasar de nuevo por una Convención Constituyente.

Dicho de otra forma, propongo un nuevo plebiscito donde la papeleta tenga tres alternativas para redactar la futura nueva Constitución, en caso de imponerse el Rechazo sobre el Apruebo:

1) Que se deje la actual Constitución chilena, tal como está hasta ahora.

2) Que sea el Congreso Nacional el que modifique la Constitución actual, y que lo haga utilizando como base el quórum de los 4/7.

3) Que se haga una nueva Convención Constituyente, pero distinta a la anterior. Que esta sea conformada sólo por expertos, que no posea cuoteos ni por sexo ni por raza, y que no tenga falsos independientes, es decir que todos los candidatos a integrarla sean auspiciados o apadrinados por un partido político (y así se evita llevarse sorpresas desagradables con personas que decían ser "independientes" y que resultaron ser más ultras que el más recalcitrante de los comunistas).

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