domingo, 7 de febrero de 2021

Y el terrorismo de izquierda no para...

El Estallido Antisocial sigue, y nadie hace nada para impedirlo. Si se ha logrado cierto grado de paz social durante el último tiempo, ha sido sólo "gracias" a la pandemia.

Los "viernes de orcos" llegaron para quedarse. Triste pero cierto. Al parecer, los chienos tendremos que acostumbrarnos a la violencia desenfrenada de la ultraizquierda cavernaria, quienes todos los viernes por la tarde destruyen y atacan el sector del centro de Santiago, y nadie hace nada para impedirlo. 

Y a esto tenemos que sumarle el Terrorismo en La Araucanía, donde encapuchados pirómanos queman casas y fundos, pero también maquinaria e incluso han matado a personas decentes, y lo hacen con plena impunidad de quienes deberían tratar de impedirlo. Con Carabineros de manos atadas (gracias a los operadores políticos de los Derechos Humanos), y además los fiscales con una dudosa ineptitud que incluso parecer ser cómplice, los terroristas de la CAM no tienen ninguna piedra de tope que los frene. 

Además de ello, esta semana fue especialmente violenta, pues una serie de terroristas pirómanos quemaron el municipio y la comisaría de Panguipulli, siendo motivados a hacerlo incluso por el propio alcalde de esa localidad (quien es militante socialista). Todo esto es una locura. 

Ya lo he dicho en múltiples oportunidades. Chile va muy mal encaminado. Y hoy por hoy, nuestro peor problema como país es justamente el Terrorismo de ultraizquierda, más que nada porque estos sujetos actúan con plena impunindad, siendo defendidos tanto por los jueces como por una mayoría importante de los políticos que están en el Congreso. 

El gran problema de fondo detrás de todo esto es que los orcos mononeuronales de ultraizquierda gracias a esta Revolución (que sólo ha amainado gracias a la pandemia) le encontraron un sentido a sus vidas. Antes toda la vida de ellos giraba en torno a la droga, el copete y el cogoteo, pero ahora gracias a esta Revolución se sienten poderosos, pues ven como ellos solos pueden paralizar el país, y nadie hace nada para impedírselo. Y mientras nadie haga nada, esta demencial Revolución de ultraizquierda se perpetuará en el tiempo en forma indefinida... Chile, en su hora más crítica.

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