El Sargento Stubby es considerado hasta el día de hoy como el perro de guerra por antonomasia. Por muy extraño -y cruel- que suene, durante la Primera Guerra Mundial se empleó la utilización de algunos animales con fines bélicos, siendo Stubby tal vez el más famoso de ellos. Este perrito de raza Boston bull terrier nació el 21 de julio de 1916 y falleció el 16 de marzo de 1926. Su historia vinculada a la milicia se inició cuando era apenas era un cachorro, y se acercó a unos soldados del Regimiento de Infantería de Connecticut (EEUU) y siendo adoptado por ellos.
Debido a la forma de su cuerpo y a sus patas cortas, fue bautizado como Stubby, que significa "rechoncho". Durante el conflicto bélico mundial, sirvió por durante 18 meses al Frente Occidental, participando incluso en 17 batallas. Debido a su excelente sentido del olfato, incluso salvó a un regimiento completo de un ataque con gas mostaza, ya que con sus incesantes ladridos logró advertirle a los soldados del peligro inminente. Además ayudaba a encontrar a los heridos en el campo de batalla, e incluso colaboró en la captura de un espía militar alemán.
Luego de ser herido en el pecho y en una pata producto de la explosión de una granada, fue enviado de vuelta a los Estados Unidos, y nunca más volvió a estar en un enfrentamiento. Tras finalizar la guerra, se transformó en una celebridad, participando en una serie de desfiles e incluso se le fotografió junto a tres presidentes estadounidenses. Tras su muerte, su cuerpo fue disecado y hasta el día de hoy se encuentra en el prestigioso Museo Smithsonian de Washington.
Las hazañas de este perruno han inspirado a al menos cuatro libros, y además de una película infantil de dibujos animados, llamada "Stubby, un héroe muy especial" (2018). The real American Hero...
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