martes, 11 de agosto de 2020

La derecha política necesita un recambio.... pero un recambio ideológico, no generacional

Lamentablemente, de un tiempo a esta parte me he dado cuenta que los parlamentarios de la supuesta "derecha" no representan para nada la opinión de quienes somos los electores de derecha. 

Lo he dicho hasta el hartazgo: Estamos frente al peor Congreso de la Historia de Chile, donde la oposición está totalmente dominada por una ultraizquierda cavernaria que defiende a terroristas y justifica los ataques violentistas de pirómanos sólo por afinidad ideológica. Pero también hay que decirlo: el oficialismo en verdad es nefasto, donde el conglomerado de Chile Vamos ni siquiera parece centroderecha, sino que con el correr del tiempo se ha transformado en un cúmulo amorfo de operadores de una pseudoderecha acomplejada y cobarde que llega a dar pena y vergüenza ajena a la vez.

 

De la ultraizquierda terrorista ya he hablado múltiples veces en mi blog, así que en esta oportunidad voy a hincar el diente en el famélico y moribundo conglomerado de Chile Vamos. Desde un tiempo a esta parte, he logrado ver como cada vez hay una brecha ideológica más profunda entre los políticos "de derecha" y los electores de derecha. Los políticos "de derecha" (entre comillas) cada vez son más acomplejados, socialistoides y cobardes, mientras que el votante derechista cada día se va haciendo más derechista, sobre todo después de la traumática experiencia que tuvimos durante la Revolución Terrorista (también llamada Estallido Antisocial) de fines del 2019 y principios del 2020. 

Hay que decirlo con todas sus letras: la derecha política necesita una renovación con urgencia. Pero no sólo me refiero a un recambio en cuanto a caras nuevas, sino que a convicciones y al debate ideológico que se da al interior del Congreso. Necesitamos más políticos que le digan las cosas por su nombre a la izquierda, que no tengan miedo de usar la palabra TERRORISMO para calificar las manifestaciones violentas que tanto promueve la oposición. Necesitamos una derecha donde haya más políticos con agallas, que no renieguen de todo lo bueno que se hizo durante el Gobierno Militar, y que no le tengan miedo a decirle a la izquierda neomarxista chilena que no tiene ninguna diferencia ideológica con la desastrosa izquierda chavista venezolana.

Tampoco estoy diciendo que todos los parlamentarios de Chile Vamos tengan que ser así de valientes como me gustaría, porque siempre tendremos en nuestras filas a gente tibia y timorata como Mario Desbordes (ahora ministro) o Marcela Sabat. Pero sí creo que se necesitan muchos más políticos con las convicciones de Ignacio Urrutia: un diputado que no tiene miedo en admitir que es pinochetista, y que dice lo que tiene que decir y sin quedarse callado. Eso es lo que más se necesita: convicciones.

La derecha política necesita con urgencia un recambio... pero ese recambio no es necesario que sea generacional como sí debe serlo desde la perspectiva ideológica. Gente valiosa como Sergio Melnick, Patricia Maldonado, Fernando Villegas, Tere Marinovic, Gonzalo De La Carrera y Checho Hirane deben tomar la posta, y para el 2021 sí o sí postularse al Senado o a la Cámara de Diputados. En un Chile cada vez más polarizado, se requiere de personas como ellos en el Parlamento. Y acá da lo mismo si son ciudadanos de 50, 60 o 70 años. A menos a mí en un político me importan mucho más las convicciones que la edad. Eso de la edad dejémoslo para el fútbol, pero en política corren las ideas, la valentía y ser de una sola línea... no la fecha de nacimiento que aparece en el carnet. Un político puede tener muchos defectos, pero cualquiera de esos defectos queda de lado si tiene lo más importante y lo que un elector más valora, sobre todo en estos tiempos: consecuencia. 

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