Qué daría yo por volver a ver el país que teníamos antes de ese fatídico 18 de octubre del 2019. Sin lugar que esa fecha nefasta marcó un "antes y un después" dentro la historia contemporánea de Chile. A partir de ese entonces vimos como el terrorismo urbano -y ahora la pandemia- han causado estragos en diversas ciudades nacionales. Y a eso tenemos que sumarle las desagradables sorpresas que día a día nos trae nuestra desastrosa clase política.
La demencial Pamela Jiles. |
Sin exagerar, creo que Chile vive su momento más critico desde los tiempos de la UP (Unidad Popular). Es decir, desde la ineptocracia marxista de Salvador Allende que el país no estaba tan mal. En los últimos meses hemos visto a un gobierno incapaz, que nada ha podido hacer contra la violencia organizada de ultraizquierda, y por otro lado a una pseudoderecha cobarde y acomplejada que reniega una y otra vez de sus principios doctrinales. Y la guinda de la torta es la propia oposición -la peor oposición de la Historia del país- la cual ha usado en forma sistemática al Terrorismo como herramienta de presión política para conseguir sus objetivos ideológicos, e incluso como arma para tratar de derrocar al gobierno de Sebastián Piñera.
Este miércoles 15 de julio en el Congreso Nacional se votaba nuevamente el retiro del 10% de los fondos previsionales, lo cual al final fue aprobado y afectará a las pensiones de millones de chilenos. Un nuevo error garrafal de nuestra nefasta clase política, comandada por la ultraizquierda cavernaria, pero con la colaboración directa de más de una decena de diputados de Chile Vamos. El famélico, timorato y agonizante conglomerado de la centroderecha tibia una vez más renegó de sus bases ideológicas. Si Chile Vamos no es capaz de defender los fundamentos de la propiedad privada, no tiene nada que hacer en política.
Tema aparte el de las pensiones: si más adelante se opta por sepultar las AFP (Asociaciones de Fondos de Pensiones), no quiero que en su reemplazo nos impongan mecanismos demagógicos como el Sistema de Reparto. En ese caso sería mucho mejor que no se deje ningún sistema, y que cada cual se rasque con sus propias uñas. Yo al menos no estoy ni ahí con andarle financiando las futuras pensiones a los mismos orcos terroristas ni a los vagos pirómanos que llevan meses quemando y destruyendo el país desde ese venenoso 18 de octubre del 2019. Y estoy seguro que miles de personas opinan exactamente lo mismo que yo.
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