El imprevisto anuncio de cambio de gabinete ministerial realizado este jueves tomó por sorpresa a muchos. Bastante se habló en la previa que este podría ser un golpe de timón, con el cual el presidente de la República optaría por sacar al ministro Jaime Mañalich o a su par Gonzalo Blumel: uno en el marco del complejo manejo de una pandemia que no da treguas, y el otro por presiones desde los sectores más duros de la propia derecha. Sin embargo, nada de eso sucedió, y Sebastián Piñera optó por mantenerlos a ambos en sus actuales cargos.
Más de alguien podría calificar el cambio de gabinete como un mero "enroque", donde Claudio Alvarado asume en la Secretaría General de la Presidencia, Felipe Ward en el Ministerio de Vivienda, Cristián Monckeberg en el Ministerio de Desarrollo Social. "Cambio cosmético" dirán los detractores al gobierno, pero claramente hay que ir más allá y hacer una segunda lectura: el gesto del presidente Piñera hacia los ministros Blumel y Mañalich fue evidente.
El ministro Jaime Mañalich es un profesional brillante, que ha hecho lo humanamente posible frente a una terrible pandemia de coronavirus que no da tregua, la cual tiene en vilo a los países más desarrollados del mundo y también a nuestro modesto pero querido Chile. Si hay un pleno ganador con este cambio de gabinete es precisamente el doctor Mañalich, a quien el presidente Sebastián Piñera confirmó en su puesto pese a las constantes presiones tanto mediáticas como políticas para darlo de baja.
Sebastián Piñera es un político de círculos muy cerrados, y eso se nota. El presidente prefiere darle continuidad a gente con la que tiene una gran afinidad (tanto personal como ideológica), lo cual quedó en manifiesto una vez más. Los esfuerzos de parte de los sectores de la derecha más tradicional para que sacara al ministro Gonzalo Blumel, debido a su manejo blandengue de la Seguridad Pública durante la Revolución Terrorista y también en los meses posteriores, fueron algo concreto. Sin embargo, Piñera optó por darle continuidad, pues Blumel es un hombre de su plena confianza. Y hoy en día, especialmente en la arena política, la confianza en alguien es un valor muy importante... y a la vez muy escaso.
Otro punto interesante, es que con este cambio de gabinete se afianza aún más la dupla conformada por Gonzalo Blumel (ministro del Interior) e Ignacio Briones (ministro de Hacienda). Ambos permanecen inamovibles en La Moneda, y de seguro que serán el motor que impulsará al gobierno para tratar de sacar adelante al país en tiempos difíciles. La centroderecha liberal se mantiene firme en el Ejecutivo, y el espaldarazo del presidente Piñera promete ser el aliciente que más de alguno de los secretarios de Estado necesitaba como gesto en este duro momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario