domingo, 16 de junio de 2019

La increíble evolución de las ballenas

Aunque parezca muy difícil de creerlo, los ancestros de los cetáceos se encuentran en tierra firme. 

Muchos animales terrestres actuales han evolucionado a partir de criaturas marinas o anfibias, pero en el caso de las ballenas ocurrió justamente lo contrario: los antepasados de los enormes cetáceos que hoy en día navegan en los mares fueron cuadrúpedos que caminaban en praderas y bosques, los que a través de millones de años lograron adaptarse a la vida acuática.

Cetáceos primitivos.

Que las ballenas sean mamíferos que necesitan respirar cuando emergen a la superficie y que los huesos de sus aletas pectorales sean similares a los de las patas delanteras de algunos animales terrestres no es coincidencia. Incluso el movimiento vertical que la columna de los cetáceos va haciendo al nadar es muy distinto al que se produce en los peces. Todo esto demuestra el origen distinto de estas criaturas frente al que poseen otros seres marinos.

El eslabón perdido a partir del cual evolucionaron todos los antepasados de las ballenas fue un ser prehistórico llamado Indohyus, que fue un mamífero terrestre y cuadrúpedo que asimilaba la mezcla entre un siervo y una musaraña, el cual existió hace unos 48 millones de años a mediados del Eoceno. Más posterior, pero también perteneciente al Eoceno, fue el Pakicetus, especie de perro con cola muy larga y gruesa y provisto de pezuñas.

 El primer cetáceo primitivo que fue tanto terrestre como acuático fue el voraz Ambulocetus, un cazador anfibio y peludo de unos tres metros de largo que se cree que era tan mortífero como un cocodrilo. Esta bestia atacaba a sus presas tanto en tierra como en agua, y se cree que cuando atrapaba a un animal terrestre, procedía a sumergirlo para finalmente ahogarlo mientras lo desgarraba aún moribundo.

Según se ha logrado determinar, el primer cetáceo que fue mucho más acuático que terrestre fue el Rodhocetus, que también perteneció al Eoceno medio. Tenía claras adaptaciones específicas para la vida marina, aunque también para salir ocasionalmente a tierra firme. Medía hasta 5 metros de largo y su cuerpo era parecido al de una morsa o un león marino.

Las primera ballena propiamente tales fue a la vez las más feroz que alguna vez haya existido: el Basilosaurus, que fue una criatura monstruosa de más de 18 metros de largo y que se cree que ha sido uno de los predadores marinos más brutales de toda la prehistoria. Existió hace unos 38 millones de años. Contemporáneo al Basilosaurus, pero mucho más pequeño (unos 5 metros de largo) fue el Dorudon, una estrambótica ballena alargada y carnívora.

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