Durlstodon, en su hábitat matural. |
Bien es sabido que los primeros mamíferos aparecieron en el mundo hace ya unos 208 millones de años, hacia finales del Triásico. Estas criaturas pioneras fueron seres muy parecidas a los ratones, con un enorme cráneo y mandíbulas bastante especializadas. Bastante posterior a ellos, pero no por eso menos arcaico, fue el Durlstodon ensomi, el cual apareció hace 145 millones de años, justo a comienzos del Cretácico.
Sin dudas, la principal importancia científica del Durlstodon ensomi es que según lograron determinar los investigadores, esta especie vendría a ser el primer ancestro conocido de un tronco evolutivo en común que tuvieron diversos mamíferos, como las ballenas, las musarañas e incluso el ser humano. Es decir, este animal fue un verdadero eslabón perdido dentro de la evolución de los mamíferos en nuestro planeta.
El nombre científico de este animal (Durlstodon ensomi) significa "Diente de Durlston", en alusión a la localidad de Durlston (al sur de Inglaterra), lugar donde fueron hallados los restos de este extraño ser. Los fósiles de este animal fueron encontrados junto a los de otra especie primitiva muy parecida, llamada Durlstotherium newmani.
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