Xibalbaonyx cayendo al cenote. |
Durante la prehistoria, diversos lugares del orbe estuvieron poblados por osos perezosos gigantescos. Es así como en el año 2017 se anunció el descubrimiento de una especie que existió hace más de 10 mil años en lo que actualmente es México.
Este corpulento mamífero extinto existió a finales del Pleistoceno, y fue bautizado como Xibalbaonyx oviceps (nombre que hace referencia a sus prominentes garras, a su hallazgo en una cueva, y también a la forma de huevo de la parte posterior de su cráneo). Lo más curioso en torno a este enorme perezoso es que sus restos estaban en las profundidades de un cenote (o caverna acuática), a más de 50 metros de profundidad... ¿cómo llegó hasta allá? es un completo misterio. Se cree que el titán peludo cayó al hoyo cuando éste aún estaba seco, y nunca pudo salir. Con el paso de varios miles de años, este foso se terminó cubriendo de agua, para esconder aún más el enorme cadáver.
Sin dudas que este fue un hallazgo importante para la ciencia, ya que permite comprobar que los perezosos gigantes (originarios de la Sudamérica primitiva) migraron hacia el norte, evolucionando de tal forma que dieron origen a nuevos seres (bastante parecidos eso sí).
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