domingo, 27 de mayo de 2018

Caballeros hospitalarios: Los religiosos que fueron a la guerra

Esta orden católica de carácter militar tuvo una importante participación durante Las Cruzadas, donde se enfrentaron tanto a los árabes como posteriormente a los turcos.

Fue en el año 1084 cuando un grupo de religiosos hicieron un hospital para ayudar a los peregrinos que llegaban hasta la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. Para ello se encomendaron a San Juan Bautista, por lo cual esta naciente agrupación recibió el nombre de Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén.
Caballero hospitalario.

Los integrantes de esta orden religiosa vestían un hábito negro con una llamativa cruz de ocho puntas, las cuales representaban a las ocho bienaventuranzas de Cristo. Por eso mismo, cuando la Ciudad Santa cayó en manos de los musulmanes, esta agrupación de monjes se transformó en una fuerza militar que fue al campo de batalla, combatiendo en Las Cruzadas codo a codo con miles de caballeros templarios procedentes de toda Europa.

 Con el correr de los años también se fueron sumando laicos a esta fuerza armada. Muchos nobles europeos meticulosamente entrenados engrosaron las filas de los caballeros hospitalarios, la cual sumaba a monjes y a soldados aristócratas en sus tropas de caballería pesada, siempre vestidas de riguroso color negro con su emblema característico en el pecho.

Durante Las Cruzadas (1095-1291), las labores de cuidar a los enfermos recayeron sobre los hombros de los monjes benedictinos, los cuales ostentaban los mayores conocimientos de Medicina durante el período medieval.

Desde su fundación, esta orden religiosa ha tenido 16 emblemas diferentes, siendo hoy en día un escudo rojo con una cruz blanca, cuando su centro neurálgico quedó emplazado en el archipiélago de Malta. Actualmente su sede oficial queda en Roma y su nombre oficial es "Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta".

Es así como atrás ya han quedado los tiempos violentos de Las Cruzadas, y en el marco de los tiempos modernos las principales funciones de esta agrupación mundial se han vuelto hacia la dirección de sus loables orígenes: el cuidado de los enfermos, la caridad y el voluntariado para ayudar a los indigentes.


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