jueves, 17 de mayo de 2018

Borophagus: El pequeño y feroz carroñero del Mioceno

Fueron aproximadamente unos 17 millones de años en que existió un pequeño cánido, el cual controló a su antojo las praderas norteamericanas

Hace 23 millones de años (Mioceno) apareció una insólita pero aguerrida criatura que fue capaz de dominar los campos de las no tan apacibles praderas que en ese entonces existían en Norteamérica. Se trató del Borophagus secundus, un cánido emparentado con los actuales chacales, que llegó a transformarse en un experto dentro del nicho de las nunca bien ponderadas criaturas carroñeras.

Un carroñero experto

El Borophagus secundus era considerado el quebrantahuesos de la prehistoria, ya que sus potentes fauces y su resistente mandíbula eran capaces de triturar los restos de los animales muertos, o bien de terminar cruelmente con la vida de seres abatidos y moribundos. Podría decirse de él que fue un gran oportunista, y justamente gracias a esa característica fue que se las supo ingeniar para susbsistir por durante 17 millones de años, antes de extinguirse al no lograr competir contra el ya más evolucionado Canis dirus, ni menos contra los primeros humanos, que se transformaron en los predadores naturales de toda la fauna prehistórica.

El Borophagus dejó de existir hace unos 5 millones de años. Dentro de sus características morfológicas están el haber sido un cánido pequeño, con una longitud de poco más de 80 centímetros y un peso de 41 kilos. Su aspecto era muy parecido al de un chacal, pero con su frente mucho más bombeada y un comportamiento bastante más agresivo. Sin dudas, la potencia y fuerza de su mordedura lo asimilaba bastante más a las feroces hienas africanas que a los chacales modernos.

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