sábado, 31 de marzo de 2018

Una década sin Spike

Admito que para mí hoy es un día emotivo, lleno de sensaciones encontradas. Pese a que soy una persona sensible, por contrapartida rara vez cuento lo que siento, porque soy bastante reservado en mis sentimientos. Sin embargo creo que hoy era la oportunidad de hablar de ello, ya que se cumplen justo diez años desde la muerte de mi querido perrito Spike.
Spike, cuando aún estaba vivo...

Es increíble pensar como diez años pueden pasar tan pero tan rápido. Me parece como si fuera ayer cuando salía a recorrer las calles y plazas de Ñuñoa junto a mi fiel compañero Spike, que me acompañaba en las buenas y en las malas, y siempre estaba ahí para apoyarme.

Sin lugar a dudas que Spike marcó una etapa de mi vida, ya que por mucho tiempo fue mi mejor amigo, y de seguro no volverá a haber nadie como él. A veces lo veía incluso como si fuese un hermano, por eso que lloré tanto su pérdida.

Yo soy una persona que contiene mucho sus emociones, rara vez lloro... de hecho, en estos diez años he llorado sólo 4 veces (y ha sido por motivos súper puntuales). Pero creo que nunca en mi vida he estado tan triste como ese ya lejano 31 de marzo del año 2008, cuando Spike expiró tras sufrir por varios días por culpa del terrible cáncer que lo aquejaba.

A estas alturas, ya no me queda más que agradecerle a Spike todo lo que fue para cada uno de los integrantes de nuestra familia, llegando a transformarse en parte importante de ella por los casi 12 años que alcanzó a vivir. Adiós amigo Spike, y espero que tu alma esté mejor donde quiera que te encuentres en este momento...

No hay comentarios: