viernes, 30 de marzo de 2018

Batalla de Teutoburgo: La mayor paliza que sufrió en combate el poderoso Imperio Romano

La Batalla del Bosque de Teutoburgo -también conocida como "El Desastre de Varo"- fue una verdadera masacre, en donde casi 20 mil legionarios fueron asesinados y muchos de ellos colgados a los árboles como trofeos. 

Sin lugar a dudas que hay enfrentamientos bélicos que marcan la historia, y uno de ellos fue la Batalla del Bosque de Teutoburgo, ocurrida en el año 9 D.C. En aquella oportunidad, tres legiones completas del Imperio Romano, además de seis cohortes y tres alas de caballería fueron masacradas por una horda furibunda de bárbaros germánicos al mando del valiente caudillo Arminio, quien hasta ahora es considerado uno de los mayores estrategas militares que ha existido.
La masacre de Teutoburgo.

En aquella oportunidad, los germánicos aprovecharon a cabalidad lo agreste de la llamada "selva" de Sajonia para realizar la emboscada perfecta y sorprender a los siempre temidos centuriones romanos. Se enfrentaron unos 20 mil soldados imperiales contra más o menos la misma cantidad de bárbaros, sin embargo el factor sorpresa desequilibró a tal punto la balanza que fue una paliza nunca antes vista.

Las legiones romanas XVII, XVIII y XIX fueron pulverizadas a tal punto, que después de esa masacre nunca más una legión de soldados volvió a ocupar esas numeraciones para no cargar con el karma de semejante tragedia. Cuentan los relatos que tras la victoria de los germánicos, centenas de cuerpos inertes de los romanos colgaban de los árboles, para ser exhibidos como cruentos trofeos por parte de los brutales bárbaros.

¿Cómo se pudo gestar tal caos en las huestes romanas si eran una infantería tan experta en combate? El factor sorpresa fue clave. Las tropas de Arminio conocían a la perfección el bosque teutón, mientras que las milicias de Roma sabían que les esperaba un terreno hostil. Además, la jornada lluviosa tornó la batalla aún más épica, que comenzó con los germanos derribando árboles contra estructuradas legiones imperiales, y haciendo caer sobre ellos una lluvia de dagas, lanzas y flechas, para después de ello abalanzarse con toda la brutalidad que caracterizaba a los bárbaros.

La carnicería fue tal que golpeó profundamente el orgullo romano, y sobre todo del emperador Augusto, quien hasta el día de su muerte lamentó el verdadero holocausto sufrido por su "imbatible ejército" en las tierras de Baja Sajonia.

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