Dentro del panteón de
esta importante cultura del norte de África, tuvo un importante papel aquella
deidad que para los antiguos era considerado como el fundador de dicha
civilización
De todas las civilizaciones de la Antigüedad, tal vez una de
las que contaba con una de las más ricas mitologías, llena de criaturas
fabulosas y relatos increíbles, sea la cultura egipcia. Según cuentan los
milenarios relatos transferidos de generación en generación e inmortalizados en
pétreos jeroglíficos, ya desde los albores del Imperio de Egipto, el faraón era
considerado como la manifestación del dios Horus en la tierra. No por nada,
esta criatura pagana fue una de las piedras angulares de esas historias que
perduran hasta nuestros días.
Horus, el dios halcón |
La mitología egipcia es politeísta como todas sus
contemporáneas, teniendo como sus tres principales deidades al dios supremo Rá,
a Osiris y a su hijo Horus. Acá nos centraremos en este último, por tratarse de
uno de los personajes más populares de esta cultura. Considerado como “El dios
halcón”, Horus provenía de la unión de Osiris con Isis, es decir desde la cuna
ya era un privilegiado. Desde pequeño, el joven Horus recibió lecciones de
parte de Thot (dios de la sabiduría), pero también una sólida instrucción
militar, que hizo de él un gran guerrero.
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