sábado, 6 de enero de 2018

Arctodus simus: El gigantesco y poderoso "oso de hocico corto"

Este mamífero descomunal es considerado uno de los predadores terrestres de mayor tamaño en los últimos 800 mil años. Su estatura era tal, que parado en sus dos patas traseras llegaba hasta los 3,7 metros de alto, siendo comparable sólo con otro oso de dimensiones similares: el Arctotherium angustidens.

Desde tiempos inmemoriales los osos han sido animales capaces de generar en los humanos sensaciones muy variadas, las cuáles van desde la ternura extrema al ver un osezno pequeño hasta el temor al toparse con un grizzly adulto enfurecido. Pero dentro de toda esta familia de impresionantes mamíferos, casi ninguno fue tan grandioso como el ya extinto Arctodus simus ("oso de hocico corto")


Medía 3,7 mts. de alto
Con una altura en cruz de 1,8 metros, este cuadrúpedo fue realmente un animal imponente. Pero lo era aún más al ponerse de pie para lucir su musculosa y bestial corpulencia, pudiendo así llegar hasta los 3,7 metros de alto. Es decir, en posición erguida medía como dos humanos adultos puestos uno arriba de otro. Su peso también era digno de una criatura con sus enormes dimensiones: entre 900 kilos y una tonelada. Sin lugar a dudas, fue un verdadero coloso viviente.

El Arctodus simus fue el predador terrestre más brutal de los últimos 800 mil años, además de ser considerado uno de los dos máximo titán que ha existido dentro de la formidable familia de los osos, honor que comparte junto al también gigantesco Arctotherium angustidens.

Al igual que los osos pardos actuales, este imponente mamífero omnívoro habitó en Norteamérica, extinguiéndose recién hace unos 12.500 años.

Debido a su descomunal potencia física, además de buenos reflejos, velocidad y cierto grado de astucia, se trató de un cazador bastante exitoso que habitó desde Alaska hasta México, siendo el oso más abundante de todo el continente. Un individuo adulto necesitaba al menos 16 kilos diarios de carne para poder sobrevivir. Sin embargo, otras investigaciones sostienen que en realidad fue un animal omnívoro.

Su desaparición coincide con el auge del oso pardo actual, el cual no era tan brutal pero sí más perceptivo, inteligente y cauteloso. Pero de seguro, lo que finalmente gatilló su desaparición fue el perfeccionamiento en las técnicas de caza de los hombres primitivos, los cuales trabajaban en equipo para terminar con la vida de estos robustos pero a la vez torpes gladiadores.

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